Gastronomía vegana, una opción que solo ofrecen dos locales en Barbanza

laura veiga

RIBEIRA

Carlos Palomero muestra algunos de los platos que aprendió estudiando en Turquía y que de momento están teniendo muy buena acogida entre los clientes de su establecimiento en Noia.
Carlos Palomero muestra algunos de los platos que aprendió estudiando en Turquía y que de momento están teniendo muy buena acogida entre los clientes de su establecimiento en Noia. MARCOS CREO

Los platos sin productos animales son una excepción, aunque cada vez más locales se animan a incluirlos en su carta y la demanda empieza a aumentar

18 nov 2021 . Actualizado a las 12:37 h.

Cada vez es más común ver opciones veganas en supermercados, bares y restaurantes. Para algunos se trata de una moda pasajera, mientras que para otros es un estilo de vida que ha llegado para quedarse. No obstante, en Barbanza solo hay dos restaurantes en los que una persona vegana puede comer a gusto y no quedarse con hambre.

Uno de ellos es la bocatería Entrepans, situada en el edificio del mercado municipal de Palmeira (Ribeira). En su carta cuentan con hamburguesas y bocadillos hechos con carne, pero también han querido añadir entre sus opciones pan sin gluten y una hamburguesa vegana.

«No notábamos mucha demanda y tampoco teníamos experiencia con este tipo de cocina, pero queríamos que la gente tuviera diferentes alternativas para elegir y ofrecer cosas distintas de las habituales», explica Miguel Novoa, gerente de la bocatería.

A pesar de sus impresiones iniciales, Novoa también ha sido testigo del incremento en el número de personas que piden la hamburguesa vegana: «De cada diez que vienen a probarla, cuatro o cinco son veganos, el resto es gente que tiene curiosidad. No se plantean dejar de consumir productos animales pero es cierto que les gusta y repiten. De hecho, cada vez la piden más porque se ve como una novedad».

En este sentido, el ofrecer estas opciones también abre camino a que cada vez más locales se sumen a la tendencia de incluir platos veganos en sus cartas y aumenta las opciones de las personas veganas a la hora de salir a comer o cenar.

Más variedad

Para probar los siguientes platos hay que desplazarse a Noia, donde está la arrocería El valenciano, aunque en poco tiempo pasará a llamarse Allo e cebola. En este negocio la variedad ya es mayor que en Palmeira, ya que además de ofrecer las típicas raciones y arroces de marisco, también cuentan con una carta exclusivamente vegana, así como opciones aptas para celíacos.

Esta carta especial cuenta con multitud de opciones, impensables en otros establecimientos de la comarca: desde croquetas hasta albóndigas pasando por paellas e incluso postres. Carlos Palomero, propietario del local, reconoce que «es un menú que triunfa mucho tanto en la comarca como fuera. Viene gente a propósito de Santiago para pedir este tipo de platos».

Palomero ha estudiado cocina vegana en Turquía y se había asociado con un arrocero para combinar ambos estilos. Con este cambio de nombre y la marcha de su socio, el cocinero ampliará las opciones para ofrecer también algunos bocadillos y hamburguesas.

De hecho, acaba de estrenar los menús del día, con posibilidad de que sea vegano o no, y ya está viendo el éxito entre los primeros.

Comer fuera

Los planes improvisados, probar nuevos restaurantes o incluso los días de celebración se convierten en odiseas de llamadas y búsquedas en Internet.

«Normalmente non teño problema, porque pido que me quiten o queixo nas pizzas de verduras, ou como algunha ración de pementos ou patacas; pero ao final son opcións limitadas e que sempre tes que andar preguntando ou molestando» explica Carlos Arca.

Bastante similar es la opinión de Alejandro Silva, aunque ya ha sumado alguna mala experiencia de «camareiros que che din que non hai problema e logo no prato hai carne ou peixe porque non llo quitaron». Otros restaurantes por ejemplo, «ofrecen opcións veganas pero só dentro dun menú pechado que ten produtos animais como leite ou ovo, non ten ningún sentido» comenta Silva.

Lo más importante para ambos también es lo que percibe Palomero desde su restaurante: «Vienen parejas o grupos de amigos donde no todos son veganos y los demás se muestran muy receptivos a probar y a pedir opciones para compartir. Algunos se plantean el cambio y otros no, pero aún así quieren probar algunos platos y, sobre todo, respetar».