Técnicos de la Xunta trabajan sobre el terreno para evitar los arrastres de ceniza del incendio a cauces fluviales de Ribeira

Hace solo unos días que el incendio que arrasó 2.200 hectáreas de monte en Barbanza se dio por extinguido, y sobre el terreno están ya técnicos de la Xunta con el objetivo de iniciar cuanto antes las tareas para prevenir posibles arrastres de ceniza a cauces fluviales. Los especialistas del servicio de Conservación Fluvial de Augas de Galicia, dependiente de la Consellería de Infraestruturas, han empezado a trabajar en el entorno de los regatos de Castelo y As Lobeiras, ambos en el municipio de Ribeira.

Lo que está haciendo es una inspección de campo en las áreas afectadas, en coordinación con los técnicos de la Consellería de Medio Rural, a través del Centro de Investigacións Forestais de Lourizán, una vez determinados los puntos más afectados por el incendio con el objetivo de iniciar con la mayor celeridad posible los trabajos de conservación y recuperación. La previsión es actuar a lo largo de unos 2.600 metros en los límites de ambos cauces. Se trata de entornos de especial sensibilidad por la proximidad de los arroyos a zonas pobladas y por contar con unas características singulares que pueden favorecer los temidos arrastres de cenizas.

Para evitar que eso se produzca, la Xunta está diseñando unas barreras de contención aprovechando la propia madera existente en las riberas de los cauces afectados.

Asimismo, se procederá a la aplicación de la técnica conocida como mulching, que consiste en depositar paja sobre las áreas más afectadas en las que el terreno presenta una mayor erosión y que se ha empleado en otros grandes incendios ocurridos en la comarca, como los de Porto do Son en el 2016.

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