El establecimiento hostelero reabrió sus puertas de la mano de David Justicia
22 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Rúa do Sal ribeirense ha vuelto a cobrar vida para convertirse en el epicentro de la movida de Ribeira. El único establecimiento hostelero que quedaba cerrado en esta calle, el Triskel, ha regresado de la mano de David Justicia Borrás. Tras ser sometido a una reforma, el local reabre con el fin de convertirse en obligado punto de encuentro de quienes añoren la música de los años 70, 80 y 90.
Aunque David Justicia trabajaba hasta hace poco en una fábrica de A Pobra, en su Barcelona natal, desde donde se trasladó a Barbanza hace ya 13 años, ejerció de camarero, una profesión que lo enganchó y en la que siempre quiso volver a probar fortuna. Y cuando vio que en Ribeira la hostelería alzaba nuevamente el vuelo tras el paréntesis motivado por la pandemia, se animó: «Una aventura de este tipo siempre es arriesgada, pero tal y como están las cosas, pienso que puede funcionar bien».
Tanteó varios locales, pero David Justicia acabó decantándose por la Rúa do Sal: «Me gustó la zona, este callejón tiene ambiente, sobre todo ahora que están abiertos todos los establecimientos. Le vi posibilidades». Eso sí, asegura que los clientes del antiguo Triskel no reconocerán el interior del bajo, pues lo sometió a una reforma integral, que incluyó el montaje de una pequeña cocina en la que elaborará tapas para acompañar las consumiciones. A la carta tendrá también conservas de gama alta.
Filosofía clara
El hostelero tiene claro el enfoque de su negocio: vinos y vermús al mediodía y al anochecer y, de cara al fin de semana, movida nocturna. También sabe a qué público se dirige: «Creo que esta zona no es para la chavalería, que ya cuenta con otras opciones, por lo que pretendo atraer sobre todo a los mayores de 30 años».
Para animar a los clientes, su idea es montar un karaoke los viernes y conciertos los sábados. Recurrirá a estas iniciativas en temporada baja, cuando pase el verano.
David Justicia abrió su Triskel con una fiesta amenizada por Os Chispas. En su primer fin de semana funcionando, la impresión ha sido buena: «No me quejo del arranque».