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Una batea realizada en 20 días en Ribeira, símbolo del festival de arquitectura de Vigo

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

La batea construida por Fran Millán se exhibe en la Porta do Sol de Vigo
La batea construida por Fran Millán se exhibe en la Porta do Sol de Vigo XOAN CARLOS GIL

La pieza es obra del carpintero Fran Millán y su equipo, que también se encargó del montaje de la estructura en la Porta do Sol

28 jun 2024 . Actualizado a las 13:50 h.

Una batea, pieza central del festival de arquitectura TAC!, que se desarrolla en Vigo, tiene sello ribeirense, concretamente el del carpintero Fran Millán, ganador en el 2023 del Premio Artesanía de Galicia, y su equipo. La obra fue realizada en su taller del polígono de Xarás, Frouma Atlantic Wood, especializado en la realización de muebles sostenibles empleando, precisamente, madera de batea.

Tres personas integran el grupo que hizo posible la ejecución de la estructura, de 12 por 12 metros, en la que se utilizaron 40 toneladas de madera. El encargo les llegó de los arquitectos madrileños Óscar Cruz y Pablo Paradinas, y Fran Millán subraya que representó todo un desafío. Para empezar, tuvieron que adecuar su nave para fabricar la estructura, pero el mayor reto, confiesa, fue el poco tiempo del que disponían. En solo 20 jornadas ejecutaron y montaron la pieza en la Porta do Sol.

Labor conjunta

Aunque Frouma Atlantic Wood está integrado por tres personas, que se volcaron en materializar la obra, el carpintero Fran Millán destaca que la clave del éxito fue el equipo humano. Desde Javier Peña, director artístico del festival, pasando por los arquitectos, la diseñadora gallega Amalia Puga, la Asociación de Redeiras Atalaia de A Guarda, que confeccionó las redes colocadas en las pértigas de la batea, y las empresas que intervinieron para hacer posible el montaje. Una veintena de personas que, apunta Millán, remaron en la misma dirección.

La pieza, titulada ¡Que faena(r)!, flota sobre el empedrado de la Porta do Sol y tiene por objeto ofrecer una reflexión sobre la regeneración de los espacios urbanos.

Fran Millán señala que es un poco más pequeña que las bateas destinadas a acuicultura. Sin embargo, los flotadores sí son del tamaño habitual y, a propósito, tienen restos de mejillón. El diseño fue obra de los arquitectos e incluye unas pértigas de 12 metros de altura. Estas son las únicas que no están hechas con madera de batea reciclada, sino con eucalipto, con lo que también se quiere mandar un mensaje sobre su carácter de especie invasora.

Fran Millán manifiesta que su colocación en la plaza permite contemplar lo que habitualmente no puede verse. Se trata, además, de una propuesta que reivindica los oficios y la tradición local. Tras un intenso trabajo en algo muy distinto a los muebles habituales, el ribeirense recalca que «estamos abiertos a todos los retos».