Revientan a hachazos máquinas de «vending» para llevarse un exiguo botín

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

En el último mes se han denunciado tres robos similares en la comarca

24 oct 2024 . Actualizado a las 14:34 h.

Las prácticas de los amigos de lo ajeno de la comarca barbanzana están lejos de los sofisticados métodos de los ladrones de guante blanco de las películas, y utilizan maniobras un poco menos sutiles para hacerse con su botín. Pudo comprobarlo de primera mano el propietario de unas máquinas de vending reventadas a machetazos en A Pobra. El caco, vestido de negro, con capucha y convenientemente equipado con un hacha y lo que en las imágenes de las cámaras de seguridad parece un destornillador, se empleó a fondo para hacerse con apenas un puñado de monedas.

El botín que logran quienes consiguen abrir el cajetín de estas máquinas es más bien exiguo, pero los daños que provocan son cuantiosos, lo que supone un serio perjuicio para el propietario. En el caso de A Pobra, los desperfectos ocasionados ascienden a unos 1.500 euros, una cifra que supera con mucho la cuantía que logró llevarse el caco que la emprendió a machetazos. Primero golpeó la máquina, luego intentó forzarla con un destornillador o artilugio similar que llevaba escondido en la manga de la sudadera para abrirla y, al no lograrlo, volvió a los hachazos.

Este tipo de asaltos no son un hecho aislado, y en el último mes se han denunciado tres casos similares. El mismo empresario denunció que la semana pasada alguien utilizó un modus operandi similar en otros de sus establecimientos, una lavandería en la céntrica avenida Miguel Rodríguez Bautista de Ribeira y a plena luz del día. En esa ocasión, los ladrones fueron a por las lavadoras, destrozándolas para hacerse con las monedas del cajetín. En ese caso, el botín también fue más bien escaso, pero los daños son mucho mayores, ocasionando destrozos valorados en unos 3.500 euros.

Por si estos violentos asaltos a las lavanderías no fueran suficiente problema, y para desesperación del propietario, se suma otro inconveniente añadido, y es que las aseguradoras rehúsan seguir haciéndose cargo de las consecuencias de estos robos dado que son reiterados.