El crimen machista de Andrea Yturry sacudió la comarca

RIBEIRA

La sociedad barbanzana mostró su repulsa al asesinato machista de Andrea Yturry en marzo.
La sociedad barbanzana mostró su repulsa al asesinato machista de Andrea Yturry en marzo. MARCOS CREO

La joven fue acuchillada por su expareja, quien reconoció los hechos ante la jueza

31 dic 2024 . Actualizado a las 10:46 h.

La tarde del 19 de marzo tiñó de negro la comarca con un crimen machista que sacudió a la comunidad. La joven de de 25 años Andrea Yturry moría acuchillada por su expareja, Jhul Príncipe, quien días después reconoció los hechos en su comparecencia ante la jueza. El 2 de abril, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ribeira decretó su ingreso en prisión sin fianza por un delito de homicidio con agravante de género.

Todo comenzó con una discusión en un inmueble de Palmeira y fue el propio agresor quien alertó a un familiar de lo que había ocurrido. Cuando llegaron los servicios de emergencia y las fuerzas del orden, la víctima estaba tendida en el suelo de la cocina y el hombre presentaba importantes heridas que motivaron su ingreso en la uci. No constaban denuncias previas y nadie esperaba el dramático desenlace.

Andrea Yturry, madre de un niño de 2 años, era una trabajadora de Jealsa y sus compañeros realizaron concentraciones en señal de duelo y protesta. Además de en Boiro, las muestras de pesar se repitieron en localidades como A Pobra y Ribeira. En esta última se decretaron dos días de luto oficial. Las muestras de apoyo a la familia también llegaron desde el Parlamento, la Xunta y la Delegación del Gobierno mediante la realización de concentraciones de repulsa.

Andrea Yturry llevaba más de una década residiendo en Ribeira. Estudió en el instituto Número Un de Ribeira y tras la ESO realizó un ciclo formativo en alimentación en el CIFP Coroso. En el 2019 comenzó a trabajar en Jealsa en diferentes campañas y puestos.

Una persona querida

Profesores, compañeros de trabajo y todos los que tuvieron la oportunidad de tratar con Andrea la definieron como una persona dulce y trabajadora que se había entregado al cuidado de su hijo.

Su agresor, de 24 años, también estudió en el Instituto Número Un, del que acabó siendo expulsado por prender fuego al coche de una profesora del centro. Tras el incidente parecía haberse sosegado, había formado una familia con Andrea y tenía un trabajo en el polígono de Espiñeira. Si embargo, desde finales del 2019 y principios del 2020 realizó trabajos para la comunidad después de que una pareja anterior lo denunciara por violencia de género.

Tras cometer el crimen intentó suicidarse, por lo que su comparecencia ante la juez se demoró hasta su salida del hospital. Según trascendió, la tarde de los hechos debía estar a cargo del hijo que había tenido con su expareja. Sin embargo, encargó a un familiar que lo cuidara. En su declaración ante la jueza, el acusado dijo que no había acudido al que había sido el domicilio familiar con el propósito de acabar con la vida de la joven.