La última batalla de Tito Fernández, un luchador nato

RIBEIRA

cedida

Tras toda una vida esquivando a la muerte, el ribeirense falleció a los 56 años

27 ene 2025 . Actualizado a las 14:36 h.

Hay personas llamadas a pasar toda la vida luchando y Tito Fernández Pérez (Ribeira, 1968) era una de ellas. Llevaba desde los 18 años batallando para esquivar a la muerte, pero en la última contienda, no pudo esquivarla. Se va convertido en un héroe, en un ejemplo de perseverancia, tenacidad y valentía, en un combatiente nato cuya historia es un ejemplo de superación constante que despierta entre quienes la conocen una gran admiración.

Acababa de cumplir la mayoría de edad cuando se enteró de que había contraído el sida y la hepatitis C a través de una transfusión de sangre. A partir de entonces, su vida dio un giro de 180 grados y emprendió una lucha que en una primera etapa compartió con su hermano Benjamín, también contagiado de ambos virus de la misma manera.

Un tratamiento experimental que estaban probando en Lyon (Francia) le insufló esperanza, aunque llegó tarde para su compañero de batalla, que falleció con 26 años. Ni siquiera ese gran varapalo quebró sus fuerzas y Tito quiso escribir para él una historia diferente. Lo consiguió, pero tuvo que ir sorteando para ello obstáculos que lo situaron entre la vida y la muerte, llegando a estar desahuciado en varias ocasiones.

Él mismo reconocía en las páginas de La Voz de Galicia, a través de las que se brindó a contar su historia, que había pasado períodos extremadamente duros: «Varias veces entré en el quirófano pensando que no saldría, teniendo incluso unas ganas tremendas de irme». Pero en el fondo quería luchar para conseguir su sueño, que no era otro que ver crecer a su hijo Enoc, que ahora tiene 25 años.

Por el tiempo extra que reconocía que le había regalado la vida, Tito Fernández se marchó feliz. Quienes lo conocieron lo recordarán por una constante lucha que no consiguió apagar su carácter alegre y tampoco su saxofón, instrumento en el que encontró al compañero ideal para expresar sus sentimientos y emociones.

Sus restos mortales están siendo velados en el Tanatorio Crematorio do Barbanza, en el polígono de Xarás. En estas mismas instalaciones se realizará este martes al mediodía un acto de despedida, seguido de la incineración. El miércoles al mediodía, las cenizas serán enterradas en el cementerio de Castiñeiras.