Por el momento no se esperan grandes temporales en Galicia debido al escudo que ofrecen las altas presiones
01 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Galicia es tierra de borrascas. Por su situación geográfica recibe a menudo el impacto de las bajas presiones que en las latitudes medias circulan siempre de oeste a este. Los ciclones extratropicales llegan a la comunidad gallega en cualquier mes del año aunque con diferente intensidad. En verano, la presencia del anticiclón de las Azores desplaza las borrascas hacia el norte de Europa. Las más potentes suelen llegar tras finalizar el período estival.
Este año, por primera vez, habrá una época oficial de borrascas. Las temporadas de fenómenos meteorológicos son habituales en las regiones tropicales. En el Atlántico existe una período de huracanes que comienza el 1 de mayo y termina el 30 noviembre. Durante esos meses, el océano presenta unas condiciones favorables para estos eventos atmosféricos, como una temperatura del mar por encima de los 27 grados. Ese agua cálida genera la evaporación necesaria para el desarrollo de las tormentas tropicales que en muchos casos acaban convirtiéndose en huracanes.
La temporada de borrascas nace tras el acuerdo al que han llegado las agencias meteorológicas de España, a través de la Aemet, de Portugal y Francia. Estos organismos serán los encargados de bautizar los ciclones que afecten a Galicia. No todas recibirán nombre, solo las más peligrosas. La intensidad del viento será el parámetro que marque la diferencia entre un evento anónimo y uno con nombre. Si las rachas de viento obligan a activar a estos servicios un aviso de color naranja o superior, se considera que pueden tener un gran impacto en la población y en ese caso será bautizada.
En realidad, la practica de nombrar borrascas comenzó el año pasado. La primera con nombre propio de la historia de la meteorología en nuestro país fue Ana, que visitó Galicia a mediados de diciembre del año pasado. Sus lluvias torrenciales permitieron llenar algunos embalses, como el de Eiras, en apenas dos días. La última en pasar por la comunidad fue Irene, en abril de este año. La novedad no reside en nombrar sino en establecer un punto de partida: el 1 de octubre. Durante este mes se dan ya las condiciones para que se formen profundas borrascas. La progresiva disminución de la radiación solar favorece que el aire frío de origen polar descienda en latitud y ejerza de motor para su formación. La primera borrasca de la temporada se llamará Adrián. Después, siguiendo un orden alfabético, llegarán otras como Beatriz o Carlos.
A medio plazo, sin embargo, más que borrascas, los diferentes modelos solo muestran anticiclones. De momento no se esperan grandes temporales en Galicia porque las altas presiones ejercen actualmente de escudo. El tiempo seco parece asegurado durante los próximos días. Las temperaturas también serán muy suaves e incluso altas en la mitad sur, donde podrían registrarse valores elevados para estar ya en el décimo mes del año.