En 2006 el exvicepresidente de Estados Unidos fue tachado de alarmista por predecir un evento meteorológico que se produciría años después
09 may 2019 . Actualizado a las 09:32 h.En el 2006 el exvicepresidente de los Estados Unidos Al Gore, lanzó al mundo el documental titulado Una verdad incómoda. Su mensaje era claro, conciso y contundente: la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad es el cambio climático. Por entonces este problema medioambiental todavía sonaba como algo lejano y los negacionistas campaban a sus anchas. El trabajo de Al Gore fue premiado con un Óscar y el Nobel de La Paz.«Al Gore ha sido en los últimos quince años un punto clave para concienciar a la población mundial acerca de la amenaza que supone el calentamiento global generado por la emisión masiva de gases de efecto invernadero de origen fósil provenientes de la quema de carbón, petróleo y gas natural», asegura Álvaro Rodríguez, director de Climate Reality Project en España, la organización de voluntarios formados en persona por Al Gore para ayudar a transmitir los datos a través de conferencias gratuitas. «Participei nas primeiras formacións de Al Gore. Foi no 2007 en Sevilla. Al Gore fixo que me percatara do importante que é o cambio climático e as súas consecuencias no noso entorno. En min xerou unha motivación que continúa a día de hoxe no traballo que fago diariamente e tamén o de carácter voluntario», confiesa Susana Bayo, investigadora del grupo Ephyslab de la Universidade de Vigo.
La película sirvió para dar a conocer las causas y los efectos derivados de la actividad humana: temperaturas en ascenso, deshielo de los polos, fenómenos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar y alteración de las corrientes oceánicas. Ese discurso fue tachado de alarmista. Sin embargo, el tiempo y la ciencia han terminado por darle la razón. Más de una década después, Al Gore vuelve con Una verdad muy incómoda: ahora nunca. Un filme que ya está disponible en Netflix. El largometraje menciona algunos de los sucesos que se han registrado durante los últimos años, como el impacto del huracán Sandy en Nueva York en 2012, que provocó que el agua llegase hasta el mismísimo World Trade Center. Una predicción que había hecho en su anterior documental cuando mencionó los efectos que provocaría la combinación del aumento del nivel del mar con la marejada ciclónica, que aparece cuando los vientos de un ciclón soplan sobre el océano. «La primera película logró llamar la atención sobre el problema y, sin duda, ayudó a que los gobiernos de todo el mundo se concienciaran de la necesidad de avanzar dando lugar a hitos como el Acuerdo de París. Los diez años que separan las dos películas permiten comprobar el avance del cambio climático en una década y cómo los efectos que se preveían en 2006 se han convertido en dramáticas realidades a lo largo de este tiempo», destaca Rodríguez.
En el nuevo largometraje Al Gore transmite la urgencia de actuar sobre un problema que lleva tiempo definiendo como crisis climática. Hoy se debate precisamente sobre cómo llamar al aumento de la temperatura global y sus consecuencias sobre la vida en la Tierra. La última persona que se ha unido a esta discusión ha sido la activista sueca Greta Thunberg. «¿Podemos ahora todos por favor dejar de decir cambio climático y en su lugar llamarlo lo que es: colapso climático, crisis climática, emergencia climática, degradación ecológica, crisis ecológica y emergencia ecológica?» ha pedido en su cuenta de Twitter.
Para evitar caer en el pesimismo Al Gore ha querido enumerar numerosas iniciativas que se están llevando a cabo en diferentes países del mundo y que anticipan la revolución que está por llegar.