¿De qué hablamos cuando hablamos de cambio climático?

BIODIVERSA GALICIA

El último fin de semana de mayo se batieron récords de temperatura en A Coruña (en la foto, Riazor)
El último fin de semana de mayo se batieron récords de temperatura en A Coruña (en la foto, Riazor) MARCOS MÍGUEZ

Este libro te ayudará a entender o a explicar a tu vecino qué es el calentamiento global y por qué es importante actuar de inmediato

14 jun 2019 . Actualizado a las 13:08 h.

A base de ir acumulando fenómenos extremos, el cambio climático comienza a introducirse en las conversaciones de café. El tiempo siempre ha sido el tema más recurrente para romper el hielo en cualquier situación. Claro que hoy hay motivos para hablar en serio sobre este asunto.

Si usted no sabe cómo defenderse cada vez que su vecino le habla sobre el clima, la lectura de Y vimos cambiar las estaciones resulta de lo más recomendable. «Mostramos cómo personas con opiniones muy dispares pueden interactuar entre sí y hasta encontrar puntos en común. Con suerte, se generarán más discusiones de este tipo y la gente acabará demandando soluciones concretas para abordar los grandes problemas que enfrentamos», explica Philip Kitcher, uno de los autores.

La obra menciona cuáles son los puntos clave que deben tenerse en cuenta para afrontar cualquier diálogo sobre las causas y los efectos del aumento de la temperatura global. Lo hace, además, de una forma muy original y amena, a través de seis conversaciones que mantienen sus protagonistas, Joe y Jo, en diferentes situaciones cotidianas. Joe representa a la postura escéptica, muy habitual en los debates sobre el cambio climático. «Nuestra intención era construir un personaje que manifestara unas dudas reales acerca de la necesidad de abordar el cambio climático. Esperamos que, de algún modo, Joe anime a esas personas que no creen que el problema sea tan serio a hablar con conocidos que piensan lo contrario. Lo ideal sería que los activistas y los escépticos pudieran llegar a mantener la clase de diálogo que proponemos y enriquecer sus puntos de vista», sostiene Kitcher, jefe de la cátedra de Civilización Contemporánea de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.

En las páginas de esta obra imprescindible uno acaba descubriendo cuánto conocimiento científico hay sobre un problema al que no le prestamos la atención que se merece. «Ni siquiera aquellos que aceptan la realidad de que la humanidad es la responsable del cambio climático se dan cuenta de lo seria que es la amenaza», advierte.

Quizás, los seres humanos deberíamos entender la crisis climática como si se tratase de una guerra, tal y como propone el libro. «El futuro que les espera a nuestros descendientes, suponiendo que sigamos como hasta ahora, y que no exista una solución tecnológica, será extraordinariamente crudo. Nuestra especie bien podría estar en vías de extinción dentro de un par de siglos. Así que es útil pensar en los gases de efecto invernadero que hemos emitido a la atmósfera como un enemigo, como una nación muy poderosa empeñada en nuestra destrucción. Tener esa imagen podría ayudar a fomentar la cooperación que necesitamos», asegura.

LO ÚNICO QUE HACE FALTA

Para afrontar el mayor reto de la historia será necesaria una revolución en muchos sentidos. La primera, en nuestra conciencia. Hoy más que nunca resulta necesario una perspectiva global. «Sin la cooperación internacional, resulta francamente difícil afrontar la amenaza que el cambio climático representa para nuestros descendientes. A menos que, por supuesto, alguien descubra una solución tecnológica como, por ejemplo, un dispositivo para eliminar el carbono de la atmósfera a gran escala. Los cambios políticos que sugerimos no son imposibles, pero seguramente son contrarios al espíritu de la época. En un mundo en el que la gente quiere retirarse de las estructuras más grandes, pedir sacrificios para trabajar con otros es obviamente impopular. Pero si las amenazas son grandes y urgentes, se pueden formar nuevas alianzas. Eso ya ha sucedido en el pasado. Por ejemplo, cuando Occidente abrazó a Stalin para derrotar a Hitler», confiesa.

El éxito o el fracaso de la lucha contra el calentamiento global dependerá en última instancia de la clase política mundial. Que nadie se despiste. El problema es más que conocido, pero las soluciones también. Lo único que hace falta, tal y como describe el último capítulo, es una nueva clase de políticos comprometidos, que no vean el medio ambiente como algo ajeno sino como un asunto vital e incluso como una oportunidad. «Algunos de los líderes mundiales actuales parecen tener una mente desastrosa, narcisista e incluso algo desquiciada. Se requiere una actitud pública mucho más clara. Nuestro libro es un intento de mostrar, paso a paso, la gravedad de este problema que enfrentamos y la necesidad real de dejar de lado las diferencias a favor del interés en salvar a nuestros hijos y a nuestros nietos», subraya.

«Y vimos cambiar las estaciones»

Philip Kitcher, Evelyn Fox Keller 

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