
Más de un centenar de personas acudió a la primera visita guiada y abierta al público en el pazo de Vilardefrancos Por fin, el pazo de Vilardefrancos abrió sus puertas al público. La asociación cultural Lumieira organizó ayer una visita guiada por las dependencias de uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos de la comarca de Bergantiños. La convocatoria tuvo un rotundo éxito y más de un centenar de personas esperó, a lo largo de la tarde, su turno para entrar en el pazo de Artes. El historiador Xan Fernández Carrera explicó a los grupos de visitantes el origen de la casa, la utilidad de las estancias y las raíces de su escudo. El palacio tiene, como dice la leyenda, 365 puntos de luz y estuvo habitado de forma permanente hasta 1996.
24 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Entre las cuatro y las siete de la tarde las puertas del pazo de Vilardefrancos estuvieron abiertas al público en general. Los visitantes pudieron saciar, por fin, su curiosidad por uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos y mejor conservados de la Costa da Morte. En interminables habitaciones cuelgan las fotografías y objetos de la familia de José Antonio Quiroga Martínez de Pisón, o marqués, como lo conocían en Carballo, y que habitó de forma permanente el pazo hasta 1996. Los actuales herederos quieren vender el edificio y ya hay varias propuestas, sobre todo de las Administraciones, para comprarlo. Y es que mantener en buen estado un conjunto como el de Vilardefrancos es caro y requiere mucha dedicación. El pazo está rodeado por cinco hectáreas de terreno y otras treinta de tierras de labradío. La casa principal tiene 1.200 metros cuadrados y en ella descansan esculturas medievales en granito y los restos de una almena a partir de la cual se fue construyendo el edificio. Esa parte, la más antigua, data de los siglos XIII ó XIV. Desde entonces, los Pardiñas (torre y silveiras), los Vilardefranco (un brazo con estandarte), los Figueroa (cinco hojas de higuera) y los Moscoso (cabeza de lobo) se han incorporado al escudo que preside la entrada.