«Tenemos tanto que nos permitimos el lujo de arrasar»

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa CARBALLO

CARBALLO

Entrevista | Felipe Senén López Gómez El historiador sostiene que Galicia viene padeciendo expolios de modo sistemático desde hace años, pero que cada vez son peores porque hay más medios para hacerlos

10 jun 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

?demás de uno de los mayores expertos en patrimonio y autor de numerosas publicaciones sobre el tema, Felipe Senén López trabaja como asesor en arte de la Diputación de A Coruña. Contra los que ven las piedras como algo sin importancia se revela Senén, quien asegura que «en Galicia la piedra lo es todo» y que en torno a ellas ha habido desde siempre cultos animistas y populares. -El robo de piedras es algo que ocurre desde hace muchos años, antes se llevaban piedras pequeñas y hoy, que hay más medios y pistas que llegan a todos los sitios, resulta posible llevarse rocas como las de Camariñas con el único objetivo de decorar. -¿Qué peligros corre el patrimonio paisajístico y cultural? -En Galicia tenemos tanto de todo que nos permitimos el lujo de arrasar. Hay un desconocimiento y una falta de conciencia en torno a nuestro entorno, y cantidad de piedras desaparecidas, a veces por culpa de las propias Administraciones, que en muchas veces no ponen ningún cuidado a la hora de abrir pistas forestales. -¿Qué relación guardan este tipo de saqueos con los que afectan al patrimonio artístico? -Ambas corren parejas, como en el caso del robo de cruceiros. Lo más triste del tema es que existe una absoluta falta de control y muchas piezas de arte de gran importancia acaban vendiéndose en mercados de Madrid. - ¿Es posible ponerle freno a estas actitudes? -Es difícil, porque no hay educación, no hay ayudas para sensibilizar a la gente sobre este tema y los ayuntamientos siempres están ocupados en otras cosas. -¿Qué tipo de robos son los más habituales? -En ese tema hemos ido evolucionando. Al principio, en los años 60, se robaban más imágenes, pero después se pasó a las piedras y objetos de valor más etnográfico. Otros países están utilizando nuestro patrimonio, que adquieren a precios elevados a quienes lo sacan del país. -¿Qué otras partes del patrimonio sufren ataques de este tipo? -En Francia, por ejemplo, se llevan tejas usadas de Galicia para restaurar allá. Mientras aquí vemos las cosas como trastos viejos en otros sitios los valoran especialmente. También se están vendiendo muros viejos de piedra para reparar construcciones de ese tipo o para edificar bodegas. El caso más claro es el de los carros de vacas. Ya casi no quedan. Forman parte del patrimonio etnográfico y se los están llevando en masa para museos de países como Noruega, que los tiene como ejemplo de la Edad del Bronce mientras aquí los despreciamos. -¿Qué puntos del mapa gallego están más castigados por las agresiones de este tipo? -En general toda Galicia, pero incluso cerca de las ciudades, como en el monte Xalo, al lado de A Coruña, se producen atrocidades de esta clase. En la Costa da Morte hubo robos de este tipo en los montes de Traba, en Laxe, y en O Pindo, en Carnota, donde es habitual que la gente se lleve este tipo de recuerdos. También en Pena Corneira, en Ourense, o en San Pedro de Roca, en la misma provincia, pasan estas cosas. -¿Qué aportan las rocas milenarias al paisaje? -Además de su propia belleza, los conjuntos de rocas suelen tener un interés etnográfico, porque ya desde la Antigüedad esas formas creadas por la naturaleza actuaban sobre la gente como focos de atracción. -¿Por qué no se protegen más estos espacios? -Muchos no están catalogados ni se tienen en consideración, pero hay mucha literatura sobre el paisaje gallego y en especial sobre las rocas. Marfany o Taboada Chivite escribieron sobre ello. Los estudiosos clásicos de la etnografía gallega siempre se preocuparon por ese tema, y por eso deberían ser entendidos este tipo de paisajes como parte del patrimonio cultural, poniendo más empeño en su conservación desde las instituciones.