Recuerdo una frase en latín. Bueno, recuerdo muchas, pero no vienen al caso. Esta, creo que sí. Ubi caritas et amor, Deus ibi est (Donde hay caridad y amor, allí está Dios, traducción libre, y si yerro que perdone el latinista Xosé Pumar Gándara ). Cantado en gregoriano es pura adrenalina interior, pese a su lentitud. Ha tenido versiones hasta en country ( Connie Dover ). Una gran canción.
Ubi caritas
habría sido un buen comienzo para la fiesta-cena que los de Cáritas de Soneira celebraron este pasado fin de semana en Zas. Tal vez con variantes. «Allí donde está Cáritas de Soneira, hay mucha gente». En los trabajos, en las actividades, en la labor solidaria, y en las cenas para recaudar fondos. Así fue como fue. Alfonso Mera , el cura de Zas y otras parroquias, a quien ayer traíamos aquí por mor de la visita pastoral del arzobispo (esta página está tomando ciertos derroteros eclesiales últimamente, en una época de escasas vocaciones; debe de ser el tiempo), explicó en A Voz da Igrexa , de Radio Voz, cómo se había desarrollado esa cena. Todo un éxito, con más de 600 personas, que aportaron su grano de arena para recaudar fondos para proyectos solidarios en Perú, y de paso comieron sus granos de arroz con bacalao y otros alimentos.
Pero eso ya está contado. Lo que no, es que, además de un acontecimiento solidario, también lo fue -es inevitable- social y lúdico. Un momento para ver a todo el mundo. Como en las bodas y en los entierros, o en las ferias, no en todas. Elegir es renunciar, que dice el clásico, así que citar a unos implica no hacerlo a otros, pero así es la vida, compañero. Vimos por allí a la familia Costa de Baio, una empresa que del negocio funerario sabe un rato. Vimos, naturalmente, a algunos de los cantantes o voces que amenizaron la velada. No al ritmo pausado de la canción que abría esta columna, pero sí a otros diversos que se fueron acomodando a la noche y a la acústica del pabellón. Por ejemplo, a Manuel Cancela , de Carballo; a Couto , o a Carmen , de Os Martices, en Nantón. A los miembros de Protección Civil de Zas, siempre al pie del cañón, con José Calo , teniente de alcalde, currando como siempre. A tantos y tantos. Y así.
Pues no, no es otra palabra de latín. Es más bien tirando a anglófono. Pueden llamarle colgarse de las piedras. Por ejemplo, tras una cena opípara como la de Zas, uno puede desentumecer los músculos y liberar el estómago bailando, que es lo que hizo la mayoría. Pero, ¿y si le da por colgarse de las rocas con las extremidades? Libera tensiones. Libera de todo.
No lo hagan. Es más bien para profesionales. Y los hay muy buenos. Los que practican boulder vienen mucho por la Costa da Morte, y desde hace años. Corme, Mens, Traba.... Son un grupo estable. La semana pasada proyectaron imágenes de sus actividades en un local de A Coruña, que estuvo a tope. A mi me da vértigo solo de ver las fotos. Prefiero el baile, que también tiene sus riesgos, no se vayan a creer. O los tenían, cuando éramos jóvenes y pedíamos a las damas en las fiestas y en las salas de ídem. Hace tanto, que tengo más presente la época neandertal. Comprendí la esencia de los agujeros negros al recibir dos noes seguidos una noche. Ay, la nostalgia.
Pues los del boulder son unos machotes. Pura envidia la que me dan. Y, además, escalan en lugares de enorme belleza. No me voy sin citar a dos: Juan Carlos Baña Hermida y Benito Andrés Santos Varela . Enganchando por el granito , que podríamos titular la foto de abajo, y que resume la esencia de esta práctica.
No creo que Sergio Caamaño , concejal delegado de la Mostra do Encaixe de Camariñas, practique boulder. Va a ser que no. Pero sí que sabe, o debe saber, del arte de usar bien las manos para que todo encaje. En eso anda, que la Mostra está ahí, y ayer lo contó en Radio Voz. A Cristina Souto , y los miles de oyentes. Alguno habría, seguro de su Xaviña natal.