Toda la operación Orquesta empezó con un pinchazo telefónico a Jorge López, representante de orquestas, en una investigación por tráfico de drogas. López era el hombre que lo conseguía todo. Si hacía falta una charanga, ahí estaba él; si un par de entradas para que el alcalde de Cee acudiera a un concierto, él se movía y las lograba. En sus conversaciones lo mismo aparece al otro lado del hilo Georgie Dann que Daniel Ogando y muchas otras personas del mundo del espectáculo. Si hacían falta facturas, también estaba él ahí para presentar papeles con su firma. Las presentaría, por valor de 30.000 euros, para optar a una subvención de la Xunta que finalmente no se concedió.
La relación de Vigo con Jorge López, acusado de narcotráfico y de tráfico de influencias, entre otras cosas, habría levantado la tapa de toda la presunta trama de corrupción. López se habría valido de su amistad para ayudar a Ogando a entrar en Cee, concepto por el que habría cobrado unos 8.000 euros.
Jaima para el alcalde
López Lago presumía de su relación con Vigo, pero con otras personas se refería a él frecuentemente con una expresión nada cariñosa. Le llamaba «el hijo puta». Lo hacía en una llamada intervenida en la que le pedía dinero a Ogando para pagar una jaima para una fiesta que iba a montar el alcalde. Finalmente jaima no hubo, no se sabe si la cobró igualmente. En otra conversación, esta vez con David Rey Pequeño, se vanagloriaba a haber logrado que el alcalde le diese un puesto de trabajo a Juan Pereira, una persona detenida e imputada por narcotráfico que llevaría pequeñas cantidades de droga para Rey y López que, a cambio de enchufarlo, se ahorrarían pagarle por sus servicios. Sin embargo, el alcalde de Cee asegura que esa persona jamás llegó a trabajar para el Ayuntamiento.