La presencia, durante gran parte de la mañana de ayer de dos empleados de la empresa El Torero del Moroso, uno de ellos con un llamativo traje de luces de color azul, delante del consistorio laxense, levantó todo tipo de comentarios y sospechas sobre quién es el denunciado. Además de causar un gran revuelo y expectación.
Todos los que pasaban por el lugar y contemplaban la escena hacían cábalas sobre en quién recaería la denuncia. ¿Sería una reclamación de una empresa contra el Concello dada su delicada situación financiera? El alcalde de Laxe, Antón Carracedo, descartó por completo esta posibilidad: «Non teño constancia de noticias ao respecto», relató. Según él, cuando vio al cobrador le dijo «bos días» y continuó su camino en dirección a su despacho en la alcaldía.
Poco después, fuentes de la empresa confirmaron que la presencia de estos empleados no se debía a una denuncia contra el Concello sino de un asunto entre particulares: «La ley de Protección de Datos me impide revelarle información, solamente le puedo confirmar que no es el Ayuntamiento al que se le reclama dinero». Sin embargo, este periódico pudo saber que se trata de una persona que sí trabaja en el consistorio.
La presencia del Torero del Moroso en Laxe corrió como la pólvora entre los vecinos. Se hacían cábalas y alguna que otra apuesta. Otros transeúntes optaron simplemente por hacer fotos a este empleado que aguantó estoicamente, y durante varias horas, el calor sofocante. El empleado se mostró inflexible durante todo el tiempo. Su traje resultaba a todas luces impecable: Chaquetilla, taleguilla montera, medias... Solo desentonaba un poco sus gafas Ray-Ban y su maletín con el logotipo de la empresa.