1Esta es la muy breve historia de Ézaro Otero Dopazo, de 3 años, hijo de Sonia Dopazo Oubiña, de 33, y Servando Otero Castro, de 36. Vecinos de Balea, en San Vicenzo de O Grove (Pontevedra), aunque la madre es natural de la vecina Cambados. Como habrán observado, el chaval, que acaba de comenzar el curso escolar en infantil en el colegio de As Bizocas, se llama Ézaro. Es difícil afirmarlo con certeza extrema (así es la vida, siempre hay margen de error), pero es muy probable que se trate de la única persona en España, y por extensión en el mundo, que se llama Ézaro. Desde luego, este registro no aparece en ninguna de las bases de datos de nombres tan útiles que facilitan el Instituto Nacional de Estadística o el Instituto Galego de Estatística.
Los padres escogieron el nombre para el pequeño porque le gusta el sitio y el propio nombre. Mal gusto no tienen, no. La historia viene de atrás. Hace unos ocho años, la pareja visitó el lugar, quedó prendada y decidió que, si algún día tenían vástagos, el primero se llamaría así. Hubo que esperar cinco años, pero lo cumplieron. La idea, en realidad, fue de la madre, pero a Tote, que así le llaman familia y amigos, le pareció excelente. El entorno se llevó alguna sorpresa, por lo insólito de la elección, pero al final le gusta a todo el mundo. Cada vez es más célebre, y no solo por la cascada. «Co da Vuelta a España deuse conta moita xente», indica Servando. Ya es curioso que, además de por el mirador, este año también pasó por delante de su casa y colegio grovense.
Hace unos días, la familia decidió volver a O Ézaro, para recordar aquel día de hace ocho años, pero ya con el niño. Y hacerse fotos. Tuvieron tanta suerte que hasta se la hizo a ellos el coche de Google Street View, que pasaba por allí. Ahora sí que quedarán inmortalizados.
Un artista en Vimianzo
2De fotografías sigue la página, porque el artista Antonio Nodar, nacido en Baíñas, pero residente en Londres, inauguró ayer su exposición en la Casa da Cultura de Vimianzo. Quería crear curiosidad y lo logró, porque la sala Antón Mouzo se llenó de visitantes, entre los que estaba también su madre. El alcalde, Manuel Antelo, disculpó en su introducción la demora en traer a la capital de Soneira el trabajo de este vecino del municipio. Entre los muchos que echaron un ojo al proyecto Del retrato al autorretrato en el que el baiñés ya lleva empleados 15 años (y sigue) estaban Xosé María Lema, Manolo Vilar, el médico Andrés Oreiro (natural de Baíñas), María Lavandeira (madre del del fallecido Antón Mouzo) o Fernando Mancebo. Curiosa fue la asistencia de uno de los primeros fotografiados de Nodar, el artista José Luis Seara. Se acercó a Vimianzo, donde posó con el autor de la muestra, con el retrato que este le había hecho y también con su autorretrato.