Los críticos y el párroco empezaron a acercar posturas en Santiago
24 dic 2012 . Actualizado a las 10:30 h.El grupo de padres de Zas críticos con la catequesis que el párroco Severo Lobato y las religiosas de la Fraternidad Reparadora impartían a sus hijos, mantuvieron el sábado una reunión de Santiago con el sacerdote, dos de las monjas y miembros de la jerarquía eclesiástica, para tratar de acercar posturas y cerrar un conflicto que crea división y malestar en la localidad.
El encuentro, al que asistieron también el arcipreste de Soneira, Enrique Redondo, y el sacerdote zasense afincado en Arteixo, Ramón Caamaño, no sirvió para acabar con las divergencias pero, al menos, señalan desde el Arzobispado, fue una primera toma de contacto y un paso adelante para aclarar algunos malentendidos, y avanzar hacia la solución. Los padres tienen claro que para ellos el arreglo pasa por que las monjas estén apartadas de la catequesis, dado que las consideran «demasiado extremistas» en sus planteamientos doctrinales, y prefieren verlas alejadas de sus hijos, sin que eso signifique que no puedan continuar con el resto de actividades que desarrollan en la localidad.
Por el momento, no han conseguido que la jerarquía eclesiástica acepte sus condiciones, pero ya han quedado para volver a reunirse próximamente porque quieren acabar con esta situación que, dicen, les supone un gran trastorno a ellos y sobre todo a sus mayores, que sufren con la idea de ver a sus nietos privados de los sacramentos.
Pese a que no hubo acuerdo, ambas partes consideraron positivo este encuentro, porque ayuda a plantear las posiciones de cada uno y avanzar en el conocimiento de las motivaciones que tienen unos y otros.
Festival de Nadal
Entre tanto, los padres volvieron a demostrar ayer que tienen un importante poder de convocatoria con la celebración de la tradicional fiesta de la familia, que estuvo a punto de no realizarse este año, pero finalmente tuvo lugar en el centro social ubicado en el sótano del Concello.
Unas 90 personas de todas las edades, desde jubilados hasta niños pequeños, participaron en el acto, que incluía representaciones teatrales y una chocolatada popular.
Los escolares iniciaron la actuación con una canción coral poco ensayada, pero entrañable por el hecho de ver a los niños todos juntos, unos con más vergüenza que otros, interpretando la letra delante de sus padres.
A continuación, una pieza teatral con efectos sonoros incluidos puso sobre el escenario al archiconocido Super Mario de Nintendo con las tortugas, las setas y el resto de elementos del videojuego.
La representación arrancó las sonrisas de todo el público, que se convirtieron en auténticas carcajadas con una brillante recreación del histórico espectáculo televisivo en el que Tip y Coll explicaban la manera de llenar un vaso con una jarra de agua.