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El GDR aportará la mitad del dinero para acabar la biblioteca fisterrana

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

El alcalde insiste en que se iniciará el centro de salud fuera del presupuesto

10 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El gobierno de Fisterra dio a conocer en el pleno municipal de ayer por la mañana que el Grupo de Desarrollo Rural ha aprobado su proyecto para completar las dotaciones de una biblioteca por la que los vecinos llevan esperando cuatro años. Sin embargo, frente al 70 % inicialmente previsto, el GDR únicamente aportará el 53 % de los alrededor de 35.000 euros que cuestan los trabajos por lo que el alcalde, José Manuel Traba, ya ha dado orden al secretario municipal para que saque el resto del dinero de otras partidas propias del Concello.

Esta inversión estará destinada a las estanterías que hay que hacer a medida debido a que el chalé de Vilas, inmueble en el que se ubica la biblioteca, tiene una estructura irregular y servirá para completar las obras iniciadas gracias a un obradoiro de empleo, tras el que quedaron pendientes cuestiones como la instalación eléctrica.

De igual modo y siempre a preguntas del BNG que criticó que no hubiese puntos a tratar en la orden del día, Traba se mostró confiado en poner en marcha este mismo año las obras del centro de salud pese a que no aparecen en las previsiones de gasto de la Xunta. Aseguró que se abordarán de manera extrapresupuestaria y que si todavía no hay un proyecto en firme es porque eso correrá a cargo del mismo adjudicatario que sea elegido para los trabajos.

Voto de calidad

Al margen de estas dos cuestiones, la sesión sirvió para que los grupos de la oposición repasasen la mayor parte de los frentes abiertos en la gestión municipal y presentasen un total de nueve iniciativas, muchas de ellas relativas a cuestiones comarcales o que afectan al conjunto del país. Entre ellas, el voto de calidad del alcalde -había empate entre gobierno y oposición debido a la ausencia de la popular Idalia Marcote- sirvió para tumbar las mociones del BNG en apoyo de la cultura gallega, en contra de la ley de tasas judiciales y para pedir que se anule el anteproyecto de reforma de la Administración local. Sin embargo, en este último punto el alcalde explicó que ellos también defienden el municipalismo «porque se está dando a sensación de que os concellos son os responsables do déficit cando, en moitos casos, só pagan servizos básicos». Traba justificó el voto en contra de su grupo porque el texto del BNG incluía la supresión de las diputaciones al entenderlas como «un anacronismo que consagra a absurda duplicidade» y el regidor considera que prestan «un apoio esencial» a los municipios pequeños.

En lo que sí hubo acuerdo fue en la propuesta nacionalista para exigir una oficina en la comarca de atención a los clientes de Unión Fenosa y en la moción para aprovechar las potencialidades de los sectores agrario, ganadero y forestal. El portavoz del PSOE, José Marcote, señaló que «non fai falta ser moi lista para saber que o futuro de Fisterra pasa polo turismo, o mar e o sector agroforestal. Os dous primeiros están máis ou menos encamiñados e o terceiro, que podería servir como un complemento grande, está abandonado». El alcalde, por su parte, citó que sí se habían hecho cosas sin demasiado resultado, pero apoyó la idea del BNG a cambio de que retirase del texto las acciones concretas a realizar y dejase eso en manos de los técnicos.

El mapa del tiempo

También aceptaron todos los grupos la iniciativa del PSOE para que Fisterra vuelva a los mapas del tiempo en lugar de Muxía. Marcote defendió esta pretensión «non en base a criterios localistas» sino argumentando que el nombre del pueblo trasciende al propio municipio y es el más representativo de la zona, por lo que nunca debió cambiarse.

La que no salió adelante fue la moción socialista contra «o repago nos comedores escolares», al argumentar el PP que en el Concello no cuentan con ese servicio. Ocurrió lo mismo con la propuesta del BNG contra la mina de Corcoesto, dado que el alcalde entiende que los municipios afectados tienen más argumentos para decidir y la Xunta velará por el cumplimiento de la legalidad.

En cambio, sí se aprobó la propuesta del BNG, con la abstención de los otros dos grupos, para conocer las claves de la elaboración del CAMGAL, el plan de protección contra la contaminación en la bahía y el Seno de Corcubión.

Ya en el turno de preguntas, Traba confirmó que el Concello ha recurrido dos sentencias urbanísticas, explicó los gastos en Fitur y aseguró que no sabe nada de la operación Orquesta. Además, cuando los ediles ya se habían levantado para irse, recordó la necesidad de votar la moción genérica en pro de los afectados por las preferentes que recibió apoyo unánime.