Adiós a Manolo Escobar, que cantó «La niña de Finisterre»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El cantante actuó por primera vez en la zona en A Laracha, en 1969

25 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Gustase o no, la noticia de la muerte de Manolo Escobar impactó ayer en varias generaciones, que en muchos momentos de su vida se vieron acompañados por su música. Algún vecino de la zona lo recordaba ayer en la red Facebook, hablando sobre los años de los largos viajes de ida y vuelta a Suiza en coche, con su música en el casete. O en las fiestas que organizaban los centros gallegos (de muchos más países), y desde luego las celebradas en la comarca a las que acudió el almeriense. Que no fueron muchas.

Al margen de sus escasas visitas, pocas comarcas españolas debe haber en las que el artista no haya puesto el pie alguna vez, pero desde luego tienen que contarse con los dedos de una mano los pueblos a los que les haya dedicado una canción. Y Fisterra fue uno de ellos. En 1969, en el álbum Brindis, del sello Belter (con una reedición en el 71), incluía el tema La niña de Finisterre, junto a otro que le dio mucha más fama: Mi carro. La letra y la música, una pieza con reminiscencias a la muiñeira, es de Juan Gabriel García Escobar. El contenido, un clásico: esa chica de Finisterre que espera a su amor, que se fue en un barco de vapor. Son unos cuantos los vecinos del municipio que aún se la saben de memoria.

No visitó la localidad para cantarla en el sitio más adecuado, pero tampoco anduvo muy lejos. Uno de los puntos más cercanos fue Vimianzo, durante las fiestas del verano de 1997. Fue un exitazo. El exregidor, Alejandro Rodríguez, que declaró en una entrevista que era su cantante favorito, recordaba en otra que aquel día «non se cabía en Vimianzo». Mes y medio antes, a finales de junio, al BNG había criticado el coste de la contratación, 2,7 millones de pesetas, entendiendo que habría mejores maneras de invertir el dinero.

No fue la única fiesta a la que acudió, ya que, a mediados de los ochenta, fue la gran actuación de San Fins, en Cabana. Y, al margen de romerías y celebraciones patronales, Escobar recorría España en salas de fiesta. José Mira Turnes, hijo del que fue propietario de la Bellavista de Baio, recordaba que su padre no lo contrató porque el caché era muy alto, eso obligaría a subir la entrada, y prefería cuidar de la economía de los clientes, o al menos repartirla mejor. Pero sí recuerda que el cantante acudió a una sala de Santa Comba, la Gema 2000, que ya no existe, y donde como era habitual logró un notable éxito.

Lo mismo ocurrió en As Airas, en Bértoa-Carballo, hoy una espaciosa tienda de muebles, y entonces una sala mítica. Abrió el 31 de diciembre de 1975, de la mano de José María Pérez Suárez, su mujer y otro matrimonio. El artista que cosechó el mejor lleno fue Lorenzo Santamaría, pero en un nivel muy alto estuvieron Rocío Dúrcal, Rocío Jurado, Basilio, Rafaela Carrá y, por supuesto, Manolo Escobar.

Discoteca Pazos

Antes de que todo esto ocurriese, el cantante ya había visitado la zona. Fue en A Laracha, «posiblemente a principios de 1969», según recordaba ayer Manolo Pazos, propietario de la Pazos, inaugurada en 1966. «Foi por onde empezou en Galicia. A primeira actuación que fixo foi no Teatro Colón da Coruña, e ata alí me fun para contratalo. Eran outros tempos e daquela as cousas facíanse así. Tamén me acordo de ir a falar con Julio Iglesias, que conducía un Seat 1430, ata Agualada».

La actuación fue espectacular: «Veu público de toda Galicia, das catro provincias. De Lugo, máis de cinco autocares, e de Pontevedra, por aí». De aquel encuentro, hace ya toda a una vida, se queda con el recuerdo de que «era moi boa persoa», y con la anécdota de un grupo de fans de la zona que le regalaron un carro pequeño.

Y si esa fue (muy posiblemente), su primera intervención en la comarca, de la última no hay duda: hoy se cumplen 4 años justos, en el restaurante Aldeola de Cerqueda, ante casi mil personas. Más de la mitad se habían apuntado para la cena anterior, y otros llegaron para el concierto, que se abrió con el Porompompero, y se cerró con Que viva España.

LA HUELLA DEL ARTISTA ALMERIENSE EN LA COSTA DA MORTE

«Era moi boa persoa», recuerda Manolo Pazos