
En estos tiempos de crisis, la hostelería se está mostrando como uno de los sectores más activos de la Costa da Morte y en el que no faltan los ejemplos de profesionales dispuestos a arriesgarse y emprender nuevas aventuras. Es el caso de Rocío Martínez Rodríguez, una inquieta cocinera carballesa -concretamente, del lugar de A Brea- que tras curtirse en diversos fogones se ha animado a dar el salto e iniciar una nueva etapa al frente de su propio negocio, donde ejercerá las funciones de gerente y jefa de cocina.
Lo ha hecho, además, en un local emblemático de la capital bergantiñana, La Estancia, pero con la intención de distinguirse con una propuesta original que haga que la clientela se olvide rápidamente de sus antiguos moradores.
Pementa Rosa es el original nombre de este nuevo restaurante que con esta evocación a una especie tan peculiar como sugerente plantea ya toda una declaración de intenciones: «A miña idea -cuenta Rocío- é traballar a cociña de calidade cos produtos de aquí, que son moi bos, e dun xeito bastante elaborado. Queremos facer todo nós, ata a tortas de chocolate que ofrecemos nos postres. E todo iso, a prezos asequibles. Hai que aproveitar máis o produto». Casi nada.
El restaurante As Garzas, de Fernando Agrasar, ha sido el anterior destino de esta emprendedora, así que cuenta también con el aval de haber trabajado al lado de un prestigioso restaurador que puede presumir de una estrella Michelín.
Además, Rocío no estará sola en esta aventura y espera suplir con talento, esfuerzo y ganas el poco tiempo que ha tenido para trabajar con su nuevo equipo. «A verdade é que foi todo moi rápido, pasei un día por diante do local, vin que se alugaba, chamei e en menos dun mes abrimos», explica tras señalar que cuenta también con el firme apoyo de su marido, Rubén García Freijeiro, y del resto de su familia. «Sen eles isto non sería posible».
Su apuesta por poner un poco de nueva pimienta a la gastronomía carballesa no ha podido arrancar con mejor pie, puesto que en su primer fin de semana registró dos llenos al mediodía. Ayer, mientras disfrutaba de su día semanal de descanso, no dudaba en mostrar su optimismo de cara al futuro. «Os tempos son difíciles, pero á xente síguelle gustando comer, e comer ben», explicó con ilusión.