La Chaîne des Rôtisseurs ya tiene representante en la Costa da Morte

Paula g. mosquera / P.?b. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El primer restaurante de la provincia con este galardón es A Marina, de Camariñas

09 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El restaurante camariñán A Marina ya forma parte de la prestigiosa asociación gastronómica La Chaîne des Rôtisseurs. Aunque la decisión ya se conocía desde hace un tiempo, el acto oficial se celebró este pasado sábado, cuando los representantes de la entidad francesa le otorgaron al restaurante la placa que acredita esta distinción. A Marina es el primero en obtenerla en la Costa da Morte y en toda la provincia.

Los propietarios, Óscar Freire y Lola Barreiro, al frente del establecimiento desde hace unos tres años, no pudieron evitar los nervios iniciales, pero sus invitados hicieron gala de una gran amabilidad. «Portáronse moi ben con nós», explicó Óscar Freire. «Déronme sempre moitas palabras de ánimo. A fin de contas, eles son coma nós», apuntó. No obstante, si se habla de amabilidad, bien se puede decir que nadie se quedó atrás. Desde Camariñas, la acogida de los representantes de La Chaîne -entre ellos Amable Prieto Montero, a nivel nacional; Manuel Gómez Carpintero, responsable regional de Vigo; y Carlos Martínez Guardado, del Principado de Asturias- fue de altura. Así, el viernes por la noche se les dio la bienvenida con una cena meiga, en la cual se ofrecieron productos gastronómicos tradicionales. Participaron también autoridades locales, como la teniente de alcalde de Camariñas, Sandra Ínsua, o el secretario de Neria, Xan García Pouso. El día siguiente, sábado, empezó en el Faro Vilán, donde el grupo, entre el que se encontraba el alcalde de Camariñas, Manuel Valeriano Alonso de León, disfrutó de una visita guiada de manos de la farera Cristina Fernández Pasantes, una de las pocas que quedan en España.

Ya en la casa consistorial, los propietarios de A Marina y representantes de La Chaîne protagonizaron un acto de hermandad: se intercambiaron unos diplomas y se le regaló a la asociación un faro de encaje, como recuerdo de su visita. Finalmente, el acto de entrada en la entidad finalizó en el propio restaurante, donde todos los asistentes fueron homenajeados con un menú de lujo: tartar de mejillón, zamburiñas gratinadas con jamón, navajas con cachelos -plato que enamoró a los comensales- y arroz con nécoras. De postre, tarta de queso, y todo acompañado con vinos Albariño y Mencía. En la comida no faltaron las anécdotas, lo que otorgó un gran final a un día que A Marina recordará siempre.

«Portáronse moi ben con nós, déronme sempre moitas palabras de ánimo»