Talento carballés en Augsburgo

Manuel Martí / J. C. SANTIAGO / LA VOZ

CARBALLO

15 sep 2014 . Actualizado a las 09:52 h.

La falta de oportunidades para acceder al mercado laboral sigue animando a muchos jóvenes titulados a dejar esta tierra para probar suerte en otros países, como Alemania.

Es el caso de los hermanos José y María Tasende, nacidos en Arzúa pero con estrechos vínculos con la parroquia carballesa de Entrecruces -allí nació su padre y allí regresan con frecuencia-, y del novio de esta, Miguel Prado (de Ames), que han logrado encontrar empleo y empezar a labrarse un futuro en la localidad germana de Augsburgo.

Su historia se remonta a hace ya tres años, cuando José Tasende se mudó a Alemania en busca de trabajo dado que aquí resultaba imposible encontrar un empleo pese a sus estudios de ingeniería. «Una vez que mi hermano estaba allí, mi novio y yo, debido a la situación en España y una vez terminada la carrera de Ingeniería Industrial, decidimos marcharnos. No fue una decisión fácil, para mí fue bastante complicada y dura pero ahora no me arrepiento de haberla tomado», explica Maite, relatando una historia similar a la que vivieron miles de familias gallegas desde finales del siglo XIX hasta el último tercio del XX, aunque sin títulos universitarios de por medio.

Los inicios para estos tres aventureros no fueron fáciles, pero a base de perseverancia alcanzaron el éxito. En la actualidad, Maite y Miguel trabajan en el departamento de diseño de una empresa del sector de la automoción. Y José tiene un puesto externo en una compañía aeronáutica como ingeniero de tolerancias. Maite Tasende explica que su hermano y su novio empezaron a trabajar nada más llegar a Augsburgo. En cambio, para ella, «por el hecho de ser mujer, joven, ingeniera y lo que eso conlleva fue todo más complicado».

Cuenta que el idioma fue un gran obstáculo porque «solamente sabíamos decir un par de frases», pero que pese a las dificultades fueron aprendiendo a defenderse en la convivencia día a día. «Por la semana nos juntamos con nativos para practicar la lengua, pero el fin de semana quedamos con españoles», bromea.

Los tres ingenieros desean volver a Galicia, pero aún no ponen fecha a este regreso. Además, Maite anima a todos los jóvenes que se encuentren en una situación similar a dar un paso al frente y a buscarse la vida en el extranjero. «Con esfuerzo y sacrificio todo es posible», sentencia.