Amador Vidal cimentó en su círculo íntimo el primer Nacional de ralis de tierra para Galicia en los últimos veintinueve años
21 nov 2014 . Actualizado a las 20:23 h.Amador Vidal (Pasarela, 1972) se proclamó, copilotado por su primo Francisco Lema, campeón de España de ralis de tierra al volante de un prototipo basado en un Volkswagen Polo preparado en el taller que fundó su padre Ricardo, ya jubilado, y en el que además trabajan su hermano Ricardo (encargado de las suspensiones y también piloto) y Manuel, otro de sus primos.
Es habitual la colaboración del entorno próximo del piloto en el mundo de los ralis, Mundial al margen, pero el soneirense Amador Vidal lo ha llevado a otra dimensión: hacía veintinueve años que un gallego no se proclamaba campeón de España de ralis de tierra. De hecho, solo otro lo había logrado antes de este fin de semana: en 1985 el vigués vinculado con los astilleros Guillermo Barreras.
Todo arranca a finales de los años setenta, cuando Ricardo Vidal decide fundar un negocio relacionado con el automóvil, su oficio hasta entonces en la emigración suiza. Pronto derivó en el desarrollo mecánico y de carrocerías, mientras probaba suerte como piloto de ralis. En ese entorno se crio su hijo Amador y se potenció la firma familiar AR Vidal Racing, en la actualidad una de las punteras en lo relacionado con la preparación de coches de competición.
Amador cogió el testigo de su padre en competición y pronto asomó la cabeza entre los mejores. Tras una serie de infortunios, se hizo con el Desafío Peugeot (2004), competición que antaño significaba el paso precio al salto al profesionalismo y que solo ganó otro gallego: Sergio Vallejo.
Pero corrían malos tiempos para la lírica y Amador recibió apenas un premio en metálico. Decidió reorientar su carrera hacia los ralis de tierra. Ganó el Grupo N (2005). Al mismo tiempo, su padre se jubila y el actual campeón de España se hace cargo de AR Vidal Racing. La competición pasó a ser durante un lustro algo esporádico, secundario.
Toda la familia arrima el hombro y consigue llevar la mecánica a altas cotas. Tan elevadas como el Mundial de ralis, donde corrieron con AR Vidal Racing pilotos procedentes de Perú o Finlandia.
Sin embargo, la competición quería saldar cuentas con Amador Vidal y este año le envió un par de señales. Se perdió la primera prueba del Nacional de tierra, pero ganó la segunda (Curtis), de manera que decidió ir a las siguientes, geográficamente cerca, económicamente asequibles. «Fue todo una casualidad. Este año no hubo mala suerte y Disiclin vio que con el Volkswagen Polo Proto íbamos al ritmo de Nani Roma y Xevi Pons, de manera que se decidió a poner el dinero necesario para afrontar el Nacional con opciones», explica Amador Vidal, que ya destacó antes en otras modalidades como montaña y autocrós. La dinámica era la opuesta a años anteriores. En Málaga, incluso volcó y acabó quinto.
«Estamos muy orgullosos del trabajo realizado con el coche, que por otra parte, cuesta la mitad que el de alguno de los rivales, que ronda los 230.000 euros. Somos una familia bien avenida, sufrimos mucho por la tensión, pero como preparadores de coches de rali tenemos gran prestigio», relata. «Pero mezclar todo es un terreno peligroso. Clientes míos corren con estos productos. Al mismo tiempo eres su rival. Y si ganas, alguno no se lo toma bien», afirma.
Más éxitos gallegos
El momento dulce del automovilismo gallego se refuerza con el Campeonato de España de ralis para vehículos históricos que lograron Jesús Ferreiro y su copiloto Javier Anido (ambos de Melide), y el Campeonato de Portugal de Montaña del santiagués Pedro Castañón
Y se podría completar en Madrid este fin de semana con el Nacional de ralis de asfalto al que aspiran Sergio y Diego Vallejo, que tienen medio punto de ventaja sobre Miguel Fuster. También estarán los gallegos Iván Ares, Roberto Blach Jr. y Álvaro Muñiz.