
El ayuntamiento respondía así a la negativa de la empresa a dejar de parar en Juan Flórez
14 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La polémica se remontaba varios años atrás en el tiempo, pero fue a comienzos del año 2000 cuando el conflicto entre el Concello de A Coruña y Transportes Finisterre alcanzó sus momentos de mayor intensidad. El 14 de enero de ese año el Ayuntamiento comenzaba a impedir el acceso al centro de la ciudad a la empresa que daba servicio a muchos vecinos de la Costa da Morte y que tras el cierre y la venta de su antiguo garaje en la calle Betanzos había comenzado a parar de forma irregular en la calle Juan Florez para coger y dejar a sus pasajeros.
Desde el Ayuntamiento alegaban que la empresa solo podía detenerse en la estación de autobuses y después de imponer más de 3.000 multas a los conductores de Transportes Finisterre -y tras obtener el respaldo legal del TSXG- los responsables localares optaron por impedir que los autobuses se desviasen de su ruta entre su destino (o su origen) y la estación de autobuses coruñesa para seguir parando en Juan Florez.
El 14 de enero del 2000, una decena de agentes de la Policía Local comenzaron a aplicar la orden dada por el alcalde coruñés pese a los esfuerzos de la Xunta por seguir buscando una solución negociada. Un notario y una cámara de vídeo fueron testigos de como los autobuses de Transportes Finisterre -compañía absorbida poco después por Arriva- eran interceptados por los agentes y los pasajeros debían continuar a pie su camino hasta el centro de A Coruña.
Después de un par de meses de intercambio de acusaciones, a finales de marzo de ese año, el Concello de A Coruña, la Xunta y Transportes Finisterre -ya en manos de sus nuevos propietarios- alcanzaron un acuerdo para retirar sus denuncias cruzadas y por el que la empresa de autobuses se comprometía a parar únicamente en la estación de autobuses.