La joven carballesa Jennifer Cambón, después de 10 años de piano, es ahora la benjamina de una banda de rock
10 dic 2017 . Actualizado a las 00:19 h.La historia de la carballesa Jennifer Cambón Álvarez es todavía corta -solo tiene 19 años-, pero intensa, sobre todo en el plano musical, porque lo lleva dentro, ni siquiera se acuerda desde cuándo, y ya le ha dado tiempo a pasar por el conservatorio, por Escola da Rúa, escribir algo propio y, lo último, embarcarse en un grupo de versiones con roqueros bergantiñáns que le doblan ampliamente la edad. «Son a neniña do grupo, pero trátanme tan ben que estou encantada con eles, e supoño que eles comigo, tamén. Levámolo xenial. É un pouco complicado polos ensaios e demais, porque agora estudo na Coruña e case que só nos podemos reunir nas fins de semana, pero estou aprendendo un montón», explica. El resto de integrantes de Versión Imposible, que como su nombre indica tocan temas de otros grupos -sobre todo rock español de los 80 y 90- llevan ya rodando desde el 2009 y todos vienen de otras formaciones con lo que están bastante más rodados. Son una banda al estilo clásico: dos guitarras, bajo y batería, a la que ahora se suma la voz de la pequeña Jennifer. «Todos tocan dende que tiñan máis ou menos a miña idade e a verdade é que me sentín importante [risas] de que me deran esta oportunidade. Tocamos cancións de Loquillo, Fito... pero agora estámoslle metendo un cambio ao repertorio, con algúns grandes nomes como Tina Turner, porque, obviamente, o anterior vocalista ao ser un home tiña unha voz bastante máis grave que a miña e hai cancións -algunhas non tanto- que se lle cambias o ton xa non son a mesma», añade Jennifer, que ya participó en otros grupos y fue en el Live in Cances donde se subió al escenario por primera vez con sus nuevos compañeros. Además, todos, y ella incluida, también hacen todos sus pinitos componiendo temas e interpretándolos, con lo que no es raro que en los ensayos empiecen tocando una cosa y sobre la marcha se convierta en algo diferente.
Tampoco es que los cambios y los retos asusten demasiado a la joven carballesa, porque decidió dejar la carrera que estaba haciendo en el primer año, y no precisamente porque le fuese mal en el cuatrimestre que cursó, sino porque se dio cuenta de que realmente quería hacer otra cosa. «Gustábame Historia, sobre todo a da arte e a arqueoloxía. Paréceme unha carreira moi bonita para facer, pero son todo contidos -é historia, vamos- e quería algo máis práctico. Cambieime a Maxisterio porque me chama esa posibilidade de influír na formación dos nenos, como ensinalos, como motivalos.... Polo momento moi ben, porque é iso, moi práctico, algo que che motiva e estou aprendendo moito. Agora hai que ver como van os exames [risas]», analiza.
Ahora, aparte de en la vida propia de cualquier chica de su edad, Cambón está centrada en la nueva carrera en A Coruña, en sacar tiempo para encontrarse con sus compañeros y seguir creciendo como grupo -aunque no se quejan de las llamadas que tienen para ir a tocar quieren ir poco a poco y consolidar lo que hacen- y, sobre todo, en disfrutar de la música, en cualquiera de sus estilos porque le pega a todo, mejor si le permite cantar y bailar. De ahí que para nada le amedrente ser la niña entre un grupo de hombres bastante hechos.
«Ao conservatorio leváronme un pouco enganada, pensei que ía cantar e bailar»
Jennifer no tiene el típico día o detalle que le permita recordar en qué momento preciso le tocó el gusanillo de la música. «É algo de sempre, non sei», señala. Lo que sí tiene en la memoria es cómo empezó a estudiarla ya de una manera más formal. «Ao conservatorio meus pais leváronme un pouco enganada porque me dixeron que alí podería cantar e bailar e pensei que sería así. Ao chegar vin que aquilo era un coro, non exactamente o que eu cría, tratábase máis de aprender música. O que pasa é que me gustou tanto o piano que me decidín a acabalo, e non sempre é doado polo tema de compaxinalo cos estudos e cadrar os horarios», dice la joven que completó los 10 cursos, aunque tampoco mitifica su instrumento. «Penso que todos teñen o seu, a súa complicación e tenche que gustar para poder facelo», añade.
Eso sí, está claro que el piano tampoco la ata, porque en lo que música se refiere le vale todo. «Gústame dende a clásica ata o pop. Por suposto gústanme os clásicos do rock con Guns & Roses ou AC/DC e é certo que a música española que tocamos agora case nin a coñecía, único de poñerma meus pais e escoitala e cousas así, pero a verdade é que me está gustando moito, pásoo ben con todo», detalla Jennifer, que también se atreve con algún tema propio, aunque no tiene una metodología específica para componer. «Por suposto que se te pos e dis: ‘vamos facer unha canción’ pois pódelo facer, pero ao mellor estás na ducha e venche á cabeza algo que se cadra despois che dá por escribilo», concluye la joven, que tampoco se marca objetivos rígidos más allá de seguir disfrutando de la música y la vida sin corsés marcados en el DNI.