
Tras consultar a expertos, el análisis evidencia la importancia del cánido para el medio
01 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.En los últimos meses han sido notables las quejas y movimientos del sector primario en la comarca, puesto que los profesionales y particulares que lo integran vienen denunciando una situación descontrolada de los ataques del lobo a sus cabezas de ganado. Se han recogido alertas de muertes de vacas y ovejas en la sierra barbanzana que se extienden, principalmente, por los municipios de Porto do Son, Ribeira, Boiro y Lousame. Igual ocurre con caballos en Monte Faro o con vacas en Miñóns (Dumbría). Todo ello conforma un argumentario que se traduce en la petición de batidas y esperas para reducir el número de cánidos. No obstante, ¿se conoce de verdad su número y lo que podría pasar si este animal desaparece?
Tras contactar con biólogos y expertos naturalistas, el análisis resultante dibuja la necesidad de que el lobo siga formando parte de la sierra y de los bosques para mantener un equilibrio que, de romperse, incluso podría afectar negativamente al mismo ganado cuyos dueños denuncian que está siendo hostigado.
¿Qué ocurriría si el lobo desaparece? Cualquier error de cálculo a la hora de permitir la caza del lobo puede suponer la desaparición del animal en una zona. En el caso de la comarca, su erradicación significaría la desaparición de un depredador cuyas presas son fundamentalmente herbívoros como jabalíes y corzos. Es de sobra conocido el problema de sobrepoblación del cerdo salvaje, que afecta a los cultivos agrícolas y al alimento de otras especies. Por otra parte, este cuadrúpedo cumple una función esencial de control, una suerte de policía sanitario al acabar con animales que están enfermos o potenciales transmisores de rabia, como el zorro o los perros salvajes. El lobo es la última defensa del ganado ante estos males.
¿Es posible saber cuántos lobos viven en la zona? Existen censos que se llevan a cabo por parte de las instituciones, pero aun así resulta difícil hacer estimaciones de la población porque se trata de un animal extremadamente móvil. Además, la mayoría de estos se realizan por observaciones indirectas, por ejemplo, de excrementos y rastros. El otro sistema, mucho más preciso, es la complementación de un análisis genético, a través de muestras de pelo que permiten conocer las características familiares. Este método requiere de un coste elevado y de mayores recursos, pero si se contraponen los dos censos resultantes, el de observación siempre arroja cantidades mayores.
¿Es diferente el cánido que habita en la zona? Las características únicas influyen en la rutina y dinámica vital del lobo, un animal social y jerarquizado que cuenta con una gran capacidad de adaptación al medio de forma innata. La presencia del lobo en la comarca ya es una rareza si se tienen en cuenta los niveles de población y de densidad urbana que impiden los flujos de movimiento de la fauna. La estructura del territorio funciona como una isla cuya agua cerca al animal por norte y sur, para encontrarse con las murallas de las infraestructuras viales. En el pasado, la existencia del vertedero en Moldes y de otros muchos similares provocó un efecto común a otras partes de Galicia, que el cuadrúpedo se convirtiese en carroñero. Por último, la presión causada por el furtivismo -lazos, veneno, persecución...- ha hecho que cambien sus patrones de marcajes territoriales e incluso que hayan dejado de aullar como método de autodefensa.
¿Hay alternativas al modelo de subvenciones por ganado muerto? Tras más de dos décadas imperando la estrategia basada en resarcir económicamente las pérdidas de ganado, los últimos estudios científicos indican que es más útil premiar a las explotaciones ganaderas que, por ejemplo, cuenten con mastines de protección o guarden a las crías durante la noche. Y es que la fórmula de ganadería o pastoreo libre y extensivo de la comarca, que permite no tener que mantener una vigilancia constante, es un lujo propio de las sierras atlánticas con abundantes precipitaciones que suelen contar con pasto durante todo el año. Precisamente, la principal crítica que los ecologistas presentan es la falta de implicación de los ganaderos y particulares en la vigilancia, cuestión que extienden a la documentación de los ataques.
¿Es previsible que se concedan batidas? La comunidad naturalista coincide en que mientras no se certifiquen las muertes de reses ante la Xunta, difícilmente esta permitirá la caza del lobo.