EN PRIMERA PERSONA | Son historias que estaban desaparecidas, perdidas en archivos y en publicaciones de la época
03 ene 2021 . Actualizado a las 23:25 h.Unas viejas instalaciones que en su día albergaron los almacenes de la Compañía de los Depósitos de Carbón del Cabo Finisterre, los restos de las antiguas fábricas de salazón y una vieja fotografía de los pontones carboneros en los que se abastecían los vapores que surcaban nuestras costas me empujaron a intentar recuperar historias acaecidas en el pasado, tanto en la ría de Corcubión como fuera de ella, y cuyos protagonistas cayeron en el olvido o son unos grandes desconocidos.
Son historias que estaban desaparecidas, perdidas en archivos de diversos organismos y en publicaciones de la época, por lo que su recuperación es una tarea dificultosa y a la vez interesante. No siempre da los frutos que uno espera, pero cuando encuentras lo que buscas te produce una gran satisfacción.
Entre ellas tenemos la aventura del capitán José Agramunt, que falleció como consecuencia de las heridas sufridas a bordo del bergantín Liberto cuando se le amotinó la tripulación; la tragedia del bergantín Unión, del armador Antonio Abella, acaecida en las Quebrantas (Santander), la delegación de la Sociedad de Española de Salvamento de Náufragos; la historia del Carromeiro Chico, fruto del empeño de un corcubionés de adopción, Plácido Castro Rivas, creador también de los depósitos flotantes de carbón en la ría y la importancia que tuvieron tanto a nivel nacional como internacional (de los cuales espero pronto publicar su historia); la odisea de la tripulación del torpedero Habana; el astillero de la playa de Quenxe, donde se construyeron veleros, gabarras y pequeñas motoras; la operación clandestina de aprovisionamiento del submarino alemán U-21 en Boca de Sapo en el transcurso de la Primera Guerra Mundial; el empresario José González Cereijo, uno de los pioneros en Galicia en la recuperación y desguace de buques y cuyas embarcaciones socorrieron a los náufragos del crucero de la Armada Cardenal Cisneros; los corsarios Joaquín Agramunt, Ángel Escaja, Antonio Leyra y Domingo Merens, que con sus pequeñas embarcaciones acechaban a los enemigos en las aguas próximas al Cabo Fisterra; el vista de Aduanas José Cabrinety García de Paredes, que llegó a ser alcalde de Corcubión; el naufragio del vapor Turret en la playa de Arnela, que fue confundido con un torpedero francés por su peculiar diseño; el motín de la tripulación del vapor Armistice construido en ferrocemento; el constante ir y venir de veleros y vapores en la ría que en numerosas ocasiones rindieron su última navegación quedando para siempre sus restos atrapados en sus aguas...
De alguna de estas historias aún queda testimonio, como la columna truncada del torpedero Habana hoy en los jardines del muelle y que a lo largo del tiempo tuvo varias ubicaciones; el ancla y su cadena que lucen en los mismos jardines y que en su día perteneció a algún buque que fondeó y no la pudo recuperar (se habla que perteneció al crucero Cataluña); los almacenes y las antiguas salazones de la playa de Quenxe; las paredes de la antigua salazón de Boca de Sapo que fueron testigos mudos del aprovisionamiento del submarino alemán U-21 capitaneado por Otto Hersing; el Castillo del Cardenal y el del Príncipe, que con sus cañones protegían el interior de la ría de las incursiones enemigas y fueron testigos del desembarco de la carga del tesoro que transportaba el Glorioso; el faro de la Isla Lobeira, en cuyo interior quedaban incomunicados sus habitantes con los temporales del invierno; el faro de Cabo Cee, desde el cual sus fareros fueron testigos de numerosos naufragios acaecidos tanto en sus inmediaciones como en el Carromeiro Chico...
Rebuscando en el pasado para que nos venga a la memoria en el presente y no se nos olviden hechos que aquí sucedieron o tuvieron como protagonistas a nuestros vecinos.
DNI. Aquiles Francisco Garea Moledo. Aquiles Garea nació en Corcubión en el año 1969. Es marinero, los últimos 15 años en la Mercante y, anteriormente, otros 12 en la Armada. Garea Moledo tiene asimismo un papel importante en la organización del Mercado Medieval Costada Morte, el Mercado Medieval de Corcubión. Es uno de los miembros del equipo que lo impulsa, una actividad que, como las pesquisas que relata en este texto, tiene también ese afán de recuperar pasado e historia. El Mercado corcubionés tiene pilares asentados y es vivido con gran implicación vecinal.