
Los juveniles de As Eiroas son un ejemplo de esfuerzo y entrega. Algunos cierran una etapa de unos quince años en el club
30 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Carballo aún vive la resaca del cuádruple ascenso logrado este fin de semana por los equipos de fútbol del Bergantiños y el Sofán. Un buen ejemplo del alcance que tuvo es el doble éxito que celebraron dos familias de la comarca al contar con jugadores en más de uno de los conjuntos vencedores. Además, sus historias muestran el esfuerzo y entrega no solo de los futbolistas, sino también de los padres, a lo largo de toda una vida.
Es el caso de los Parafita de Carballo. Pablo Parafita Pombo forma parte de la plantilla del Bergan juvenil A, en tanto que su hermano, Iván, integra el Sofán. El primero consiguió el objetivo el sábado en Narón, en tanto que el segundo, el domingo, en O Carral. Sus padres, José Antonio Parafita Bardanca y Eva Pombo Vilas los arroparon, como de costumbre, en todo momento. El hermano mayor no pudo presenciar el partido del menor debido a las restricciones del aforo debido a la pandemia. No sucedió lo mismo en el campo carballés, donde Pablo animó desde la verja. «Calquera dos dous partidos foi de infarto», recuerda el progenitor. «Espectacular», resume Iván. «Vivino con moita alegría e bastantes nervios», cuenta Pablo.
En esta familia el fútbol se lleva en la sangre. Ya el padre jugó en su día con hermanos y cuñados en Tordoia. Iván empezó desde muy pequeño, a los 5-6 años, en las Escolas Luís Calvo, y pasó por todas las etapas del Bergantiños. Incluso llegó a debutar con el primer equipo. La historia se repitió con Pablo, que ahora es el único juvenil junto a Tomás Garrido Suárez que cierran una etapa en el club, o puede que no (todavía es pronto para saberlo), tras nada más y nada menos que unos quince años de vinculación, sin conocer otras entidades. «Teño amigos, está ao lado da casa, o trato é estupendo e a estrutura do club é moi boa», describía el hermano menor. «Isto vai máis alá do fútbol, pois fas cantidade de amizades, xa non só cos pais, senón cos propios rapaces», comentó el padre, que capta cada jugada de los duelos con su cámara.
La gran ilusión de esta familia pasa, en el futuro próximo, por poder ver, quizás, a los dos hermanos jugar juntos en el Sofán. «Sería bonito», «un orgullo», dicen los jóvenes. «Mais xa aforras unha viaxe», apunta el padre con picardía. Ambos son mediocentros, aunque Pablo es zurdo y más defensivo e, Iván, diestro y puede jugar de mediapunta. Los dos vivieron una temporada atípica tras sendas operaciones de rodilla y tobillo. Pablo marcó tres goles e Iván, que llegó para los últimos choques, uno.
Los tres son acérrimos del Dépor. Las discusiones en casa llegan cuando el padre y el hijo menor van con el Barcelona, mientras que Iván apoya al Real Madrid.

Otros dos hermanos como son Noé y Raúl Pérez Bello, y sus padres, Carolina Bello Pazos y Pablo Pérez Brandón, también vivieron un doble ascenso este fin de semana y, más que nunca, separados. Y es que los dos son juveniles. Noé termina etapa en el A, mientras que Raúl juega en el B. Los dos partidos fueron el sábado, en Narón y Miño, con muy poco margen de diferencia. De esta manera, a los progenitores no les quedó más remedio que dividirse, algo que lamentaron muchísimo, aunque Pablo se las ingenió para llegar al tramo final del enfrentamiento del juvenil B. Estuvieron conectados en todo momento a través del teléfono.

Siendo defensas los dos (Noé, central, y Raúl juega también de lateral), llegaron al Bergantiños hace unos cinco años, pues se iniciaron en el Laracha, donde viven ahora (antes en Carballo). Noé anotó su segundo tanto de la campaña el sábado. También heredan la pasión por el balompié de su padre, que jugó en varias peñas.