30 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.
A veces, el Estado, con su poder y sus rígidas leyes, acaba vencido por goleada. De haber sido más flexible con los empresarios de A Ponte do Porto hubiese recuperado en gran parte del crédito concedido para hacer el parque industrial. Al final, se ha ido con la raquítica cantidad de 110.000 euros, que no dan ni para el papeleo. Lo mejor es que, al fin y al cabo, el parque se queda en A Ponte do Porto. Lo deseable sería que los que promovieron el área industrial pudiesen hacerse con terrenos para implantar sus naves.