Nuria Ribó, periodista: «Me encantaron las playas de la Costa da Morte, ¡pero el agua está heladísima!»
CARBALLO
A remojo | La tortilla de patata encandiló a esta catalana, que habló en el museo de Corme de política americana
05 sep 2021 . Actualizado a las 23:35 h.«Hablar de política americana rodeada de cuadros y esculturas fue toda una experiencia», cuenta la periodista catalana Nuria Ribó, que durante casi un decenio fue corresponsal en Londres y Nueva York para TVE. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, se dedicó durante casi treinta años al periodismo audiovisual en diferentes medios. También es autora del libro Hillary: la biografía de Hillary Rodham Clinton, que publicó en 1993.
Este verano ha estado en la Costa da Morte de la mano de la Fundación Torre-Pujales, que gestiona el Museo de Arte Contemporáneo de Corme, y además de ofrecer una conferencia sobre política americana, pudo disfrutar de un itinerario por esta comarca.
-¿Cómo fue su visita?
-Fantástica, me lo pasé muy bien. Toda ella fue una sorpresa: me quedé alucinada con que Corme tenga un museo así y con la iniciativa de esas cinco mujeres que están detrás. Lo cierto es que tenía muchas ganas de Galicia, porque la conozco muy poco, y acabó siendo redondo: el paisaje, la comida, el proyecto...
Vinimos por diez días y nos quedamos sobre todo por esta zona, fue muy agradable. Estuvimos pintando cerámica con los alfareros en Buño, visitamos el Ecomuseo Forno do Forte, el dolmen de Dombate, el castro de Borneiro, Fisterra, Muxía... ¡Y las plazas! Son rincones muy bonitos y con poquita gente, tienen mucho encanto.
-Pero el agua...
-¡Uf, heladísima! [ríe] Y mira que me gusta el agua fría, pero un día que fuimos a pleno sol aguanté apenas entrar dos o tres veces.
-Muchos resaltan del museo cormelán lo multidisciplinar que es.
-Es que eso es lo más atractivo del Maccmo. Ellas mismas, las impulsoras, provienen de diferentes ámbitos y a mí me encanta esa idea de que sea un punto de conexión cultural de la zona. También me pareció muy interesante esa iniciativa que tuvieron con los vecinos de que cada uno pintase un trozo de telilla y después lo colgaron en el museo. Al final, todo es cultura, y lo que buscan esas mujeres es acercarla a la gente con charlas, teatro, música...
-Activar ese sentimiento de pertenencia en la población local.
-Exacto. Lo que traen, no lo ponen en un altar y lo hacen asequible a todo el mundo.
-Usted misma pudo dar una pequeña charla durante su estancia. ¿De qué habló?
-Como estuve de corresponsal durante un tiempo en Estados Unidos, me pidieron que hablase un poco de política americana y de los [hitos] más recientes, como el hecho de que las dos grandes minorías, como son las mujeres y los afroamericanos, hayan empezado a hacerse oír. Todo eso a pesar de Trump, que al final ha acabado siendo un revulsivo por la rabia que ha provocado en esos colectivos. Los movimientos feministas ya eran fuertes, pero su presidencia coincidió en el tiempo con el movimiento «Me too» y desde entonces no pararon. Yo siempre digo que la única cosa positiva de la era Trump fue que hizo reaccionar a esas dos grandes minorías. Lo demás fue terrible y le ha quedado ahora a Biden.
-Han reaccionado, pero todavía están lejos de ostentar el poder.
-Yo siempre digo que lo rozan, pero nunca llegan a él. Se probó con Hillary Clinton: antes fue presidente un negro, pero hombre, que una mujer.
-¿Ni siquiera lo ve factible ahora, con una mujer en vicepresidencia?
-Algo más cerquita están, aunque es algo más simbólico, ya que el cargo de vicepresidencia en Estados Unidos no da poder o influencia política como en Europa. Sí creo que el desenredo de la política de Trump, la inmigración o el asunto de Afganistán le están pasando factura a esta Administración y en particular a Kamala Harris, que está teniendo un discurso bastante conservador que no está gustando demasiado. Sí es cierto que los aires políticos en Estados Unidos cambian a diario.
-Muchas opiniones respecto a la retirada de Afganistán.
-Una cosa es lo que piensa la prensa y otra los ciudadanos americanos, que querían que su país dejase de invertir dinero -ni vidas humanas- en Afganistán. Biden quiere dar la idea de que en su presidencia ya no habrá ese «gran policía americano», sino que trabajarán más desde los servicios de inteligencia, en lugar de esas grandes intervenciones.
Lo de Afganistán es durísimo, pero desgraciadamente a todos se nos olvidará pronto. Como periodistas, entendemos lo bestia que es la sucesión de impactos informativos en el mundo y en poco tiempo estaremos para otra cosa.
Más a fondo
¿Mar o montaña? Mar, sin duda.
¿Carne o pescado? Pues todo lo que viene del mar. Desde la sardina, a los percebes y las nécoras.
Probaría los percebes de Corme... Ya no es solo que los probase, es que creo que será la única vez en mi vida que pude saciarme de ellos. Cuando los pruebas, comes doce o trece a lo sumo, pero aquí... Una maravilla, menudo placer.
¿Vio trabajar a los percebeiros en O Roncudo? ¡Sí, los vimos! Un poco de lejos, pero me impresionó mucho. Entiendes todo lo que hay en esos percebes: la fuerza y la rabia del mar, el peligro que supone para ellos...
¿Probó las sardinas con cachelos? ¡No, que pena! Comí muchos cachelos pero no con sardinas. Queda para la próxima.
¿Cuál es el plato que más disfrutó? Más que plato en concreto, me ha encantado el producto, la materia prima. Después me han maravillado las tortillas de patatas: grandes, inmensas, sabrosas. Extraordinarias en todos los sitios en los que las probé.
¿Dónde vería una puesta de sol? Pues allí mismo desde Corme. También me encantó la playa de Balarés, pero estuve por la mañana.
¿Pasó bajo la pedra dos cadrís de Muxía? Pues creo que sí, de hecho tenemos una foto debajo de una roca y debe ser esa. Yo siempre pruebo todas esas cosas.
¿Sabe cuál es la catedral del megalitismo? Estuve viendo algún dolmen, pero no sabría.
Pues es Dombate. ¡Ah, pues sí que estuve! No sabía que la llamaban la catedral, es precioso.
¿Conoce a Eduardo Pondal? No mucho, pero sí sé quien es.