José Manuel Pan: «Lograr que las ciudades sean más habitables no tiene marcha atrás»
CARBALLO
Este viernes, el periodista de La Voz estará al frente de una mesa temática orientada a seguridad vial en el congreso Cidades que Camiñan
06 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Hace algo más de 30 años, tras ser víctima de un accidente de tráfico, el periodista José Manuel Pan (Lugo, 1966) vio cómo su vida daba un giro de 180 grados al sufrir una lesión medular que lo llevó a una silla de ruedas. Tiempo después, cuando regresó a las calles, se dio cuenta de que abrirse un hueco entre la jungla de lo urbano «era una locura, porque moverse era complicado».
Este viernes, Pan será uno de los ponentes en la octava edición del congreso «Cidades que Camiñan», que acoge el Pazo da Cultura de Carballo. Sobre la mesa, además del análisis de las políticas de movilidad sostenible vigentes en distintos puntos del planeta, también se hablará del papel de los medios de comunicación en lo referente a la transformación de los espacios públicos, la regulación del tráfico y la mejora de la seguridad vial en los lugares habitados. Pan, especializado en el tratamiento de esta información en La Voz de Galicia y que a inicios de octubre recibió la medalla al mérito de la Policía Nacional, se muestra esperanzado con el futuro que vendrá. «Creo que se pueden cambiar cosas para que las ciudades sean más amables. De hecho, ya está pasando», indica.
La transformación de las urbes para que orbiten en torno al transeúnte no es una cuestión menor, porque durante décadas se interpretó que el coche era el verdadero protagonista. «Como peatón y persona que va en silla de ruedas, preguntarnos qué podemos hacer en las ciudades es algo que me preocupa especialmente. Cuestiones como, por ejemplo, la accesibilidad», concreta. «Que quien lleva el carrito de los niños o también las personas mayores puedan ir por su acera y entorno sin ningún tipo de problema. Que el espacio público sea para ellos», agrega.
Esa intervención, la recuperación de las calles como un patrimonio abierto para los vecinos, pone el foco en el peso de la clase política a la hora de ejecutar este cambio, no siempre sencillo porque, en su momento, la reducción del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en zonas urbanas también fue objeto de discusión. «Pero las ciudades están cambiando, y lograr que sean más habitables es algo que no tiene marcha atrás», dice. Pan alude al caso de Pontevedra, pionera en Galicia a la hora de fomentar la reordenación del núcleo para dar prioridad al peatón, por la inexistencia de atropellos mortales en el casco urbano durante la última década. «Es algo impensable en otras ciudades», define.
La importancia de una apuesta
Pese a que el proceso para cambiar la forma de circular e interpretar las zonas urbanas no ha sido rápido, Pan valora los cambios experimentados en las últimas décadas. «Antes, una persona que fuese en silla de ruedas o llevase un carricoche, se topaba con calles adoquinadas, aceras sin ningún tipo de acceso o rampa, también algún negocio al que era imposible entrar... El cambio es abismal», afirma.
Esta evolución fue posible por dos motivos. Por un lado, la modificación de las leyes. «Han sido fundamentales en todo esto. A día de hoy, la gente que tiene cualquier dificultad para moverse sale más a la calle. Y debemos tener en cuenta que las personas mayores necesitan espacios para ellas, donde no sufran un atropello por cualquier despiste y que sean cómodos», expone. Y aquí, en este último apartado, es donde juega un papel clave la concienciación. «Ahora, cuando alguien diseña una calle nueva, lo primero que se piensa es cómo hacer que las aceras sean más agradables para los vecinos. Dándole una vuelta a cómo ejecutar un paso de peatones o las rampas adecuadas», detalla.
Esta tendencia, que gana recorrido en Europa, precisaba un refuerzo en forma de apuesta. «Es un camino que se va moviendo poco a poco, porque antes se pensaba en el diseño a partir del coche. Actualmente hay una apuesta decidida de Pere Navarro, al frente de la Dirección General de Tráfico (DGT), por conseguir que las ciudades sean más habitables, y ahí es importante un impulso político», resuelve.
Con todo, ganar en accesibilidad es solo una parte del mucho trabajo que aún queda por afrontar en la reordenación de los espacios urbanos. «¿Cuánto debate hubo en ciudades y pueblos a la hora de fijar calles peatonales? Con el tiempo, se vieron los beneficios y la gente ganó en calidad de vida. Ahora, debemos pensar que humanizarlas no es solo cortar el acceso a coches, sino adecentarlas para el peatón», concluye Pan.