Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

José Troncoso: «El teatro es la disciplina que nos ha vuelto a unir»

F. Rodríguez, P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

José Troncoso, director de la obra
José Troncoso, director de la obra

El FIOT carballés se despide hoy con una obra «para soñar»: Con lo que bien que estábamos (Ferretería Esteban). Habla su director

29 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La 30.ª edición del Festival Internacional Outono de Teatro de Carballo (FIOT) llegará esta noche a su fin (21.00, Pazo da Cultura). Lo hará con una función de sala, especial por ese simbolismo, pero también por la expectación levantada: Con lo que bien que estábamos (Ferretería Esteban), representada por la compañía aragonesa Nueve de Nueve Teatro, fue nominada a los Premios Max 2021 en las categorías de Mejor Composición Musical, Mejor Espectáculo Musical y Mejor Labor de Producción. Se ha hecho, finalmente, con dos de los galardones. Habla José Troncoso, dramaturgo y director de la obra. Cierran así un festival que, como él dice, ha cogido una presencia muy importante en las artes escénicas estatales.

-Muchas expectativas...

-No me gustan demasiado, tengo que decir [ríe]. Prefiero que el público vaya limpio a encontrarse con la historia de estos dos y que la disfruten con frescura, sin prejuicios. Pero, desde luego, estamos felices por los Max, son bonitos los reconocimientos.

-Esteban y Marigel tienen un negocio. Son felices, sin muchas preguntas. Pero un día el teatro llega a su pueblo y todo cambia. Es la premisa de la función. ¿Qué traen a Carballo?

-El descubrimiento de un pobre hombre. De repente el teatro aparece en sus vidas y a Esteban se le despierta el espíritu guionicíaco. De repente él ya no quiere otra cosa que no sea arte: se expresa cantando, se vuelve loco en el mejor de los sentidos, pues se convierte en un artista multidisciplinar, un performer.

-No hay mayor felicidad que la del ignorante, se suele decir.

-Muchas veces yo mismo me he preguntado qué hubiese pasado si hubiese seguido el camino de las baldosas amarillas y fuese ahora ingeniero químico, como empecé a estudiar, convertido en un señorcito que viviría en Cádiz, con solecito, y con una vida completamente normal.

-En la obra se habla de la verdad, del poder transformador del teatro, de cómo sería la vida sin él, sin el humor. ¿Qué papel le atribuyen ustedes a esta disciplina, y más en pandemia?

-El teatro es la disciplina que nos ha vuelto a unir. Pasó también después de la segunda guerra mundial. La gente necesitaba sentirse junta, compartir una ficción, un mundo irreal, no solo por escapar de la realidad, sino por sentirse juntos, soñando. Creo que siempre, pero sobre todo en los tiempos que corren, es fundamental. También digo que, si el teatro ha sobrevivido desde entonces, no creo que haya ya nada que pueda con él.

-¿Qué se verá sobre el escenario en esta obra, estéticamente?

-Una puesta en escena muy sencilla, pero peculiar. Hemos hecho un trabajo de más de año y pico para ir decantando y dejar escenografía, vestuario y acciones en el mismo tuétano. Como le pasa a Esteban, todo esto va a hacer soñar al público muchísimo, o es nuestra intención.

-¿El uso de personajes especialmente tiernos, incluso esperpénticos, tiene algún fin?

-Creo que ahí me siento un poco responsable, porque no solo me ocurre en Nueve de Nueve Teatro sino también con mi compañía, La estampida, y con otras formaciones con las que trabajo. No sé por qué ocurre así, pero siempre surge esa ternura. Es algo de lo que no puedo escapar.

-Hablamos, con esta función, de una comedia musical. ¿Está superado ya ese momento en el que se creía que teatro era tan solo lo clásico, la representación más pura y dura?

-Más que superar algo, yo lo que creo que es que las cosas se van transformando y que siempre va a haber espectadores para todo. Tengo que decir, no obstante, que el hecho de que sea musical fue a mi pesar. No soy un gran amante de ellos, aun habiendo asistido a varios, pero de repente se me ofrece la posibilidad de hacer como un antimusical, personas que cantan a su pesar, que no pueden evitarlo por estar poseídas por el demonio del arte. Ha sido muy divertido, realmente, jugar con estas dos disciplinas, sobre todo porque Carmen Barrantes y Jorge Usón [los dos intérpretes] son portentosos. Actores 360.

-Hay una confrontación entre lo que se quiere hacer y lo que se debe hacer. ¿Qué mensaje obtienen de los espectadores?

-Respuestas muy diferentes. Muchos se preguntan qué están haciendo, por qué no se atreven a saltar como Esteban, pero otros se reafirman en su posición: mira lo que le pasa, prefiero quedarme como estoy.