La crisis de desabastecimiento también afecta a las estufas de pellets, que aún triunfan

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

ESPECIAL CALEFACCIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA | Algunos fabricantes ya tienen demoras de varios meses, que afectan a los establecimientos que no disponen de stock propio. Así lo explican profesionales desde la Costa da Morte

20 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector de la calefacción también ha sucumbido a la crisis de suministros que afecta a todo el globo y algunos fabricantes, tanto de estufas como de otros sistemas más complejos, ya se demoran varios meses en el envío de determinados modelos. Además, el encarecimiento de las materias primas hace bailar los precios de una semana a otra y se ha vuelto casi imposible trabajar con un presupuesto cerrado.

Aun así, empresas consultadas por La Voz sí han ofrecido unas tarifas aproximadas para los sistemas más populares de calefacción. La instalación para una bomba de calor aerotérmica puede rondar los 15 o 20 mil euros, aunque depende mucho del tamaño del local a calefactar; mientras que una buena estufa de pellets, ideal para estancias concretas, puede andar por los 800 euros. Las hay más baratas, claro está, pero no aportarían la misma calidad o longevidad.

Hasta no hace mucho se vendían bastantes aparatos eléctricos o a gasoil, pero como tanto la luz como los combustibles se han encarecido, muchos consumidores que no pueden, o quieren, asumir la inversión inicial que pide la aerotermia vuelvan a sistemas más tradicionales, como la biomasa. La venta de estufas de pellets y de leña ha experimentado un repunte este invierno, y así lo constatan desde Suministros Lar en Cee, en donde tienen más de cincuenta modelos en stock. Es la mejor forma de luchar contra el desabastecimiento global: tener una acumulación propia de mercancía, señalan.

La comodidad de los pellets, así como la progresiva automatización de las estufas, la convierte en uno de los sistemas más populares, pero en zonas más rurales, en donde la madera es más accesible, todavía se venden muchos aparatos a leña. Incluso cocinas bilbaínas de las de toda la vida, ideales para viviendas antiguas y mal aisladas que no cuentan con un sistema centralizado de calefacción.