30 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
El Atlántico y el último rayo de sol sobre los lomos del granito de la Costa da Morte constituyen atractivos cada vez más celebrados, al igual que el hechizo de las luces celestiales por las noches. Así que es como esta proa atlántica cotiza cada vez más alto en la bolsa del turismo sostenible. Se refleja en el éxito del parador que dejó en herencia el Prestige, no sin muchos esfuerzos, y el de otros espacios hosteleros o paisajísticos que cada vez son más apreciados. Hay que sumar a todo ello los otros establecimientos singulares. Esto exige que todos debamos cuidar la calidad, el entorno y los modos.