Voces de la Costa da Morte para acompañar el último adiós

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Irma Macías, voz de Luar na Lubre, canta en las iglesias desde el 2008
Irma Macías, voz de Luar na Lubre, canta en las iglesias desde el 2008 ANA GARCÍA

«A música acompaña», «é sentimento», «move o mundo», «inspira devoción», explican Icía Varela, Manuel Cancela, Irma Macías o Javier Bello

29 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Icía Varela perdió a su abuelo en el 2020. Al año siguiente se ofició un funeral y esta joven artista de Cerqueda, voz del grupo Arredores, quiso cantar en su memoria. «Oxalá nunca tivera que terlle cantando por este motivo, pero así foi», explica. También cantó en ese oficio Irma Macías, acompañada por la guitarra de Joaquín Rama, e Icía asegura que ella «escoitaba e choraba, porque coa música levábao doutra maneira». A partir de ahí, trabando más relación con Joaquín Rama a través de su hijo Lucas, que también integra Arredores, fue cómo empezó a cantar Icía en las iglesias, a veces en compañía de Joaquín y a veces en la de Lucas.

Ceremonias de celebración y otras de despedida, algunas verdaderamente «duras e inxustas», en las que, asegura, «ti tamén sentes profunda tristeza»: «Estás cantando nun momento no que unha persoa marcha, e a música é capaz de conectar con ese sentimento. Aínda que non a coñezas, é duro. A música ao final é iso, sentimento. Move o mundo. Se estás feliz, música; se estás triste, tamén. Hai cancións que che axudan a levar un momento coma este, penso que se fai menos lúgubre», opina.

La joven Icía Varela
La joven Icía Varela BASILIO BELLO

El carballés Manuel Cancela era un niño cuando empezó a cantar. Hoy en día peina años «para ti e para min», pero la voz le resiste muy bien y trabajo en esto no le falta. Ya tiene compromisos para el año que viene e incide en que cada vez hay más personas dedicadas al canto religioso, como el coristanqués Luis Ángel Bermúdez, por ejemplo: «Xente moi boa». Cancela cantó en sus inicios en latín, y hoy en castellano y gallego, y dice que todas estas piezas para despedidas tienen algo en común: «Son cantos que inspiran devoción e respecto». Hay quien rechaza estas intervenciones en los entierros, a su juicio porque se entiende mal lo que significan: «Estes cantos non son unha romaría ou unha muiñeira, son rezos», apunta.

BASILIO BELLO

Hay un buen entendimiento, con las familias, con los sacerdotes, y también entre estos artistas. La vimiancesa Irma Macías y Joaquín Rama empezaron a acompañar ceremonias en el 2008. Hoy ella es la voz de Luar na Lubre y, si algún concierto se lo impide a última hora, acude en su lugar Icía o se encarga de buscar personalmente a alguien. Y si Joaquín no puede, entonces Luís Pinto al piano: «É algo que me gusta, que me completa. A parte de ser unha persoa de fe, a min sempre me gustou cantar nas igrexas. Vívoo. Defuntos non é unha data alegre, pero eu fágoo con todo o cariño e respecto, canto co corazón e gústame escoitar cando a xente me di que se emociona...» «Non te vin, pero sabía que estabas porque te escoitei...», le dicen muchas veces. Hay hasta quien pide alguna pieza concreta, si se puede. La Negra Sombra...

La música «acompaña» y por eso no es un gasto del que se desee prescindir pese a la carestía de los últimos tiempos. Irma y Joaquín, indica, mantienen los precios del inicio. No hay una tarifa uniforme, porque también puede influir el desplazamiento, pero según varias encuestas a integrantes del sector, un dúo podría andar por los 60 euros.

A la derecha, Javier Bello
A la derecha, Javier Bello Ana Garcia

«É un orgullo saber que podemos aliviar un pouco»

El arquitecto Javier Bello y su esposa, Susana, llevan más de 20 años cantando y dirigiendo coros. «Ves situacións moi dolorosas e claro que afecta, pero tes que tratar de ser profesional, de facer ben o teu traballo para que esa familia se sinta orgullosa da homenaxe que se lle está a facer ao seu familiar falecido», contaba él ayer. Días después del oficio, muchas veces, les dan las gracias, «e para nós é un orgullo saber que podemos aliviar un pouco a dor deses momentos».

Indica que, desde febrero, las compañías de seguros piden a las funerarias facturas de las personas que trabajan en entierros y funerales. Ellos están dados de alta como autónomos, por lo que no tienen inconveniente. De hecho, a causa del envejecimiento de sacristanes y campaneros, según explica Javier, también ofrecen este último servicio y hasta limpieza y mantenimiento de atrios y cementerios, además de panteones particulares y colocación de flores.