Nicolás Calvo: «No último trail a miña filla sacoume seis minutos, cousas da idade»

CARBALLO

A punto de cumplir 63 años, este veterinario será uno de los más veteranos en el Duatlón de Reis
02 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Convertido ya en una fecha marcada en rojo en el calendario para los aficionados de la disciplina, al Duatlón de Reis (Vimianzo), como a todas las grandes pruebas deportivas, también le costó arrancar. Fue en el 2010 la primera vez que los organizadores optaron por añadir la bicicleta a los nueve kilómetros de carrera pedestre. Pero entre el temporal y la novedad, la cosa no salió muy bien. «Foi terrible, creo que unha das probas nas que peor o pasei polas condicións meteorolóxicas. Estaba cheo de barro e facía un frío impresionantes, pero rematamos porque había que rematar», recuerda Nicolás Calvo Paz, que cruzó la meta en 1 hora y 56 minutos, tres minutos más tarde que Pablo Mira. Ellos fueron los únicos capaces de concluir la prueba de entre los quince competidores que llegaran hasta la parroquia de Salto.
La «obligación» por terminar la tenían ambos por la proximidad. Pues Nicolás (Guitiriz, 1960) lleva afincado en Baio, de donde es Pablo, unos 30 años. No obstante, fue en la provincia de Lugo donde descubrió su pasión por el deporte desde bien pequeño. Como todo niño de la década de los 60, probó el fútbol, aunque no le terminó de convencer. Así que en el instituto pronto se dedicó al balonmano y al atletismo, las dos disciplinas que más tiempo le ocuparon durante su adolescencia. Con su traslado a León, para estudiar veterinaria, descubrió el yudo, uno de sus favoritos: «É un dos que mellor recordo gardo, chegando ata cinturón marrón. Máis tarde faría tamén taekuondo e kárate, porque os deportes de contacto teñen algo que engancha moito, pero o que máis me gustou foi o yudo», dice.













































Comenzó a trabajar de veterinario clínico recorriendo todo tipo de lugares y se quedó sin tanto tiempo para hacer deporte. Cuando llegó a Baio, en 1991, ya atravesaba ese momento, que le duró hasta los 38 años. «Un amigo dicíame que deixase de fumar e que comprase unha bicicleta, e nunha destas fíxenlle caso. Primeiro vas pouco a pouco e o corpo non responde como quererías, pero despois xa lle fun collendo máis hábito», cuenta un Nicolás que comenzó participando en marchas de aficionados, pues las pruebas por aquel entonces eran todavía escasas.
Le fue cogiendo el vicio, y las salidas fueron alargándose en distancia hasta hacer más de cien kilómetros cada día que tocaba ruta. «A máis longa que fixen foi de 180 quilómetros, de Guitiriz a San Andrés de Teixido, é ben dura e hai que adestrar bastante antes de atreverse», señala.
Su desembarco en la Costa da Morte favoreció a que volviese a recuperar ese afán por la vida deportiva. Y eso que no conocía para nada esta comarca: «Mira o pouco que sabía de aquí, que unha vez na Coruña un home díxome que era de Baio e eu solteille: non creo que vaia por alí na vida. E mira ti...», bromea. La ruta de Laxe a Soesto es de las que más disfruta últimamente. Con la bici de montaña prefiere mal tiempo, pero con la de carretera que luzca el sol. Además, en los últimos decenios le volvió a coger el gusto a la carrera y, a punto de cumplir los 63, sigue saliendo unas tres veces a la semana. Muchas veces lo acompaña su hija, María, con la que participó en el último Trail dos Foucellas. «Quitoume seis minutos e iso que ela nin adestrou para el. Cousas da idade, ten que notarse», lamenta irónicamente. Lo cierto es que Nicolás sigue en plena forma y el Duatlón de Reis lo pondrá a prueba para comenzar este nuevo año. «É a mellor cita, porque é unha boa maneira de non pasarte cas comilonas do Nadal», advierte un guitiricense que siempre ha colaborado en todo lo que pudo con las agrup

aciones deportivas de Soneira.