El medio ambiente y el precio de los abonos disparan el interés por el purín

CARBALLO

Muchas granjas tienen nuevas fosas que permiten el almacenaje más allá de tres meses
05 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La mayor parte de los últimos planes de mejora agrarios financiados por la Xunta y con fondos europeos se centraban en la construcción de nuevas fosas de purín. Este fertilizante ha adquirido un enorme valor para las granjas de la zona por varias razones. Una de ellas es la exigencia medioambiental. Las explotaciones deben poder almacenar este producto al menos tres meses, aunque lo mejor es aumentar la capacidad porque la nueva legislación impedirá la aplicación cuando haya previsión de precipitaciones, por lo que será fácil exceder ese tiempo varias semanas. La otra razón es que el purín es un abono y lo que más ha subido en los últimos meses han sido precisamente estos productos, que han triplicado su coste.
Otra cuestión es que el valor de los materiales de construcción también se ha disparado, por lo que hacer fosas con más capacidad es una fuerte inversión. Los especialistas recomiendan pensar muy bien el modelo que se quiere utilizar porque algunos de ellos, los más económicos, son incompatibles con, por ejemplo, las camas de arena para las reses.
Por otro lado, en precio de la leche, que ya roza los 60 céntimos permite que se puedan acometer inversiones.
El nuevo sistema de aplicación será un gasto grande
Uno de los principales cambios de este año relacionado con los fertilizantes es el cambio de la maquinaria de aplicación del purín. Las cisternas de plato, cañón o abanico desaparecerán y tendrá que usarse un método que acerque más el abono al suelo y eso será caro, tanto para las explotaciones como para las empresas de servicios agrarios, sobre las que descansan más trabajos no diarios.
La ventaja para el ganaderos es que se concentrará mejor el poder fertilizante del purín, por lo que se aprovechará más. Para el resto de los residentes la buena noticia es que habrá menos olores desagradables.
La PAC ya está aquí, ¿qué es lo que deben saber los productores?
M. Alonso
El 2023 es un año con grandes novedades para los ganaderos y agricultores españoles. Porque después de mucho tiempo de negociones, de redacción de normativas y de adaptación de reglamentos, la nueva Política Agraria Común (PAC) ha entrado ya en vigor. Es cierto que todavía quedan algunas normativas pendientes, que tendrán que ser concretadas en los próximos meses. Aún así, los profesionales del sector agrícola pueden tener ya una idea clara de cómo cambiará la gestión de estas ayudas y qué prácticas deben poner en marcha para aprovechar al máximo las nuevas subvenciones.
¿Cuál es el principal cambio?
La principal novedad de esta PAC es que está orientada a la consecución de resultados concretos, con tres objetivos claros: el fomento del sector agrícola para que sea inteligente, resistente y garantice alimentos de calidad; una mayor atención al cuidado del medio ambiente y la acción por el clima; y el fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales. Para ello, se tratará de asegurar unos ingresos justos a los productores y de incrementar su competitividad, al tiempo que se les premiará por la protección del medio ambiente y la conservación del paisaje y la biodiversidad. También incluye subvenciones para apoyar el relevo generacional y mantener vivas las zonas rurales.
¿Están ya listos todos los reglamentos que definirán la nueva PAC?
Con el fin de permitir que esta política se adaptase mejor a las necesidades de los diferentes países, se decidió que fueran estos los encargados de redactar sus propios planes estratégicos. En España, este proceso se llevó a cabo en colaboración con el sector. El documento final fue aprobado por la Comisión Europea el pasado 31 de agosto y cuenta con un presupuesto de 32.549 millones de euros para los años 2023-2027. La semana pasada, el Ministerio de Agricultura dio el visto bueno a ocho nuevos real decretos, seis de los cuales regulan cuestiones ligadas a la gestión de las ayudas y otros dos a la consecución de los objetivos del plan. Ahora solo quedan pendientes otros tres, que se refieren a penalizaciones, potencial vitícola y bienestar animal, pero que no condicionan la entrada en vigor del plan estratégico, que se produjo el día 1.
¿Qué es la condicionalidad reforzada?
Es uno de los principales cambios que implementará esta PAC. La llamada condicionalidad reforzada, que afectará a las ayudas directas, son una serie de normas y buenas prácticas en materia de medio ambiente, seguridad alimentaria, sanidad animal y vegetal y bienestar de los animales que deben cumplir las explotaciones agrarias. Aquí se incluyen aspectos de la condicionalidad actual, pero también normas que anteriormente estaban en el pago verde o greening. De no cumplirlas, el agricultor se arriesga a que los pagos disminuyan o, directamente, se suspendan por completo.
¿Qué novedades hay en las ayudas directas?
Para esta línea de ayudas, España dispondrán de un total de 4.800 millones de euros al año. Aquí se incluyen las básicas a la renta, que se cobrará en todas las hectáreas. También, el pago redistributivo, que se percibe solo por las primeras hectáreas para favorecer a las explotaciones pequeñas y medianas. Y el pago a los jóvenes, que se cobra en las primeras cien hectáreas y prevé un 15 % más para las mujeres. Aquí figuran también las ayudas asociadas a la producción, que buscan apoyar el mantenimiento de determinados sectores vulnerables desde el punto de vista social y económico, y los conocidos como ecorregímenes, que son prácticas voluntarias destinadas a cuidar el medio ambiente por las que el agricultor o ganadero percibirá más ayuda a cambio.
¿En qué consisten los ecorregímenes?
Son prácticas medioambientales voluntarias que los agricultores y ganaderos pueden poner en marcha para incrementar las ayudas que perciben de la PAC. Se han repartido en siete categorías y sobre una misma hectárea solo podrá computar una de estas prácticas a efectos de pago, por lo que agricultores y ganaderos deben estudiar bien a fondo qué prácticas le serán más rentables. El primero de estos ecorregímenes se refiere al pastoreo, para recompensar a aquellas explotaciones que tienen sus animales al aire libre. La creación de islas de biodiversidad y la siega sostenible centran el segundo de ellos, mientras que el tercero recompensará la rotación de cultivos con especies mejorantes. Hay otro para la siembra directa y uno más que se centra en el establecimiento de espacios de biodiversidad. Las cubiertas vegetales espontáneas o sembradas protagoniza los dos últimos.
¿Qué otros cambios se introducen?
Una de las modificaciones que se incorpora en la PAC es la definición de agricultor activo. Solo los que obtengan esta calificación podrá recibir las subvenciones. Para ello, deberán estar afiliados a la Seguridad Social agraria por cuenta propia o que al menos el 25 % de sus ingresos totales procedan de la actividad agraria. Otra de las novedades es que se cambia el numero de regiones, que en España pasan de ser 50 a 20. La nueva política intentará también profundizar en la convergencia interna. Para ello, se reducen las diferencias en los pagos por hectárea de explotaciones en circuntancia similares.