La cantera del talento | A sus 24 años es la cabeza visible de una entidad que ya había cumplido la mayoría de edad cuando él nació
05 mar 2023 . Actualizado a las 22:03 h.Fran Gavín (Berna, 1998) pasó buena parte de la mañana de ayer recibiendo clases de baile tradicional y gaita en la asociación cultural Adro. Él preside esta entidad, que tiene más de 42 años de vida y que había cumplido 18 cuando él nació. Hoy tiene previsto jugar con el Nantón, de lateral derecho. Seguro que aspiran a ganar, pero eso no es lo importante. «Pasámolo ben», dice.
Tenía solo 21 cuando se hizo cargo de Adro y más que maduro y responsable se considera «intranquilo e inquedo», pero, por encima de todo, «activista». Entonces estudiaba todavía y logró compaginar la universidad, con la acción social y cultural y el deporte. No es habitual tal implicación en una persona tan joven. «Gústame participar na vida do pobo e facer cousas por Baio. Para min o que máis mérito ten que non deixar nada de lado».
No lo hizo. Sacó el grado en Educación Primaria, se presentó a las oposiciones y ahora da clase en el colegio Cardeal Quiroga Palacios en Santiago de Compostela. Tiene a su cargo una clase de primer curso y otra de segundo en la especialidad de Educación Física. Está encantado en el centro educativo, aunque reconoce que en el futuro le gustaría estar más cerca de su casa.
Su verdadero mérito no es tanto que haya dado un paso al frente para servir a una asociación como Adro o que haya realizado con éxito estudios superiores. Lo que realmente lo convierte en un talento es la capacidad para combinarlo todo y, sobre todo, declararse feliz y contento con su vida. Va a por su cuarto año de responsable de la entidad, pero, por en medio, ha pasado una pandemia y casi lo único que tiene que decir de ella, en cuanto a cómo afectó a su día a día, es que no pudieron hacer actividades y que todavía tienen pendientes actos para celebrar el cuarenta aniversario.
Para completar esa vocación de servicio que manifiesta, Fran Gavín también forma parte de la comisión de fiestas de Baio. Como todo cargo, seguro que recibe algunas críticas. ¿Cómo las gestiona? «Intento evadirme. Por sorte non son demasiadas e no caso de escoitalas o que busco é aprender delas e tampouco darlle demasiadas voltas á cabeza».
Aprendizaje continuo desde los 6 años
Fran Gavín lleva desde los seis años recibiendo en Adro clases de baile y gaita. Y sigue aprendiendo. «É unha aprendizaxe continua. É unha cuestión de perfeccionamento, que nunca se acaba», dice. Sin embargo, tampoco tiene obsesión por hacer las cosas de forma ideal y señala que lo que hace sobre todo es ensayar. Por mejorar, pero, sobre todo, porque se lo pasa bien, porque disfruta.
Trabaja con sus compañeros en canciones y bailes que han ido recogiendo por toda Galicia. La finalidad de este trabajo está clara. «O obxectivo é non deixar morrer a cultura e o folclore, que non se atropelen un ao outro. Perfectamente poden ir da man».
Le dedica a la gaita y los bailes el fin de semana. De lunes a viernes tiene que ir de Baio a Santiago, pero el trayecto tampoco supone un problema porque se declara feliz en su plaza. «Conseguina cunha mestura de esforzo e sorte», después de haber estado haciendo las prácticas en el Labarta Pose, al lado de su casa.
A la primera sacó su puesto en Santiago, pero sabe que estará de provisional y terminará yendo a donde le manden. Mientras, va pensando ideas para la asociación y para la comisión de fiestas ahora que la normalidad se ha instaurado ya.
En unos años, yo me veo...
«Acabo de empezar no traballo e non sei onde estarei, pero imaxino que pola Costa da Morte. Teño claro que vou seguir vinculado a Adro. Máis ou menos facendo as mesmas cousas que agora, porque estou contento, son feliz»