Daniela, la joven larachesa que acunó con su voz un sueño musical colectivo

Patricia Blanco
PATRICIA BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

La cantera del talento | Participante en el concurso «La voz kids», actuó anoche en los Rueiros da Vila de Caión

29 ago 2023 . Actualizado a las 00:46 h.

Son quizás las experiencias más inesperadas las que van marcando camino y el de la joven larachesa Daniela Montes ha tenido un importante eslabón con su participación en el concurso televisivo La voz kids. Una experiencia que puntúa «con un 10», por los artistas que ha podido conocer, por las amistades que se llevó y por lo que ha venido después. Daniela tiene 16 años, cumplidos en julio, y este sábado actuó en una tierra que conoce bien: «Me he pasado todo el verano en Caión, en As Salseiras. Playa y puerto, ese era el recorrido», ríe. Así lo seguirá haciendo mientras no empiece el nuevo curso, de forma que poder actuar ayer en el programa cultural Rueiros da Vila no solo ha sido para ella un nuevo concierto, sino la «oportunidad de agradecer» el apoyo que le brindó el municipio larachés durante su participación en el concurso. 

Quien dice A Laracha dice Galicia, pues era la única representante gallega, de forma que con su voz acunó una especie de sueño colectivo. Sus intervenciones fueron seguidas con expectación.

Piezas interpretadas en el concurso o versiones de temas conocidos sonaron en Caión, y ahí estaba su inseparable piano. Cuenta Daniela que adora las baladas en inglés, idioma en el que se seguirá formando, al margen de sus estudios curriculares. Será para ella «un año de cambio», pues terminada la ESO en el instituto Agra de Leborís empezará en septiembre primero de bachillerato de ciencias sociales en el Liceo coruñés, traslado que viene motivado por una mayor comodidad para seguir asistiendo a su Conservatorio de Música. Ya estudió acordeón en su día y ahora irá para cuarto de profesional de piano. Le gustaría continuar asimismo con el ballet en la escuela Cinderella de Arteixo, pero tendrá que ver cómo encajar todo ello, porque a mayores sumará clases de canto. Nunca las había tomado, pero ha sido el concurso el que le ha hecho ver que quiere avanzar en técnica vocal: «Si no, me quedaría como estoy».

Y ciertamente no está nada mal, a juzgar por las palabras que le dedicaron Pablo López, David Bisbal, Rosa López, Aitana, Sebastián Yatra o Rosario Flores. El primero dio gracias a la vida por su actuación y el segundo afirmó que no hace falta cantar alto para tocar el corazón: basta un susurro. Daniela se había presentado al cásting animada por su madre, pero asegura que nunca pensó en llegar a entrar al concurso: «La primera sorprendida fui yo». Desde entonces ha tenido un buen puñado de actuaciones, y le gusta, como también le hace ilusión que la reconozcan y se acerquen, sobre todo los niños.

Del programa ya han transcurrido meses, pero todavía no se lo cree del todo: «Tengo la sensación de que no pasó, de que lo soñé, me parece que es imposible que a mí me dijeran todo eso», valora. Con 16 años siempre hay posibilidad de cambio, pero ve su futuro pasando por la música, ya sea dedicándose a ella como artista o como docente, para lo que quiere hacer «carrera» en el Conservatorio Superior, según avanza. Como proyectos más a corto plazo, no descartaría un dúo.

Las letras no acaban de convencerla, no la estimulan, y las ciencias puras que eligió su hermana, ya universitaria, tampoco. Anhelaría cursar un bachillerato musical, pero explica que no salieron plazas, y el artístico tampoco era lo que quería, así que se quedó con un «término medio» eligiendo la modalidad de sociales. Entre sintaxis o ecuaciones a las que no les ve por ahora sentido definitivo, ha ido dejando aflorar un talento artístico capaz de emocionar hasta la ovación al público, como hizo en el Coliseum coruñés durante el concierto de Pablo López.

Él la vio en el público, la invitó a subir y surgió la magia: «No estaba preparado, es una increíble experiencia que me llevo», rememora la joven, que seguirá viviendo en A Laracha, cerca de «mis amigos de toda la vida», los que iban con ella al instituto y los que la apoyaron desde el minuto uno: «Fue curioso el programa de las batallas nos pilló en Tenerife, en la excursión de fin de curso, y ahí estábamos todos viéndolo. ¡Menos mal que al final pasé»!, ríe.

Son horas diarias las que dedica a la música, pero le compensa. Lo cuenta tras un verano en el que celebra no haber hecho «nada». O sí: «Disfruté muchísimo».