Quito, bombero y corredor de trails: «O meu é un caso estraño, cada ano vou máis vello, pero tamén a mellor»

Antón Lestón Lago
Antón Lestón CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana García

El pontecesán fue uno de los pocos anotados que lograron llegar a la meta en los «cien kilómetros más largos del mundo» del CanfranCanfranc, en Huesca

11 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Posiblemente no hagan falta las dos manos para contar a las personas que conozcan mejor el Camiño dos Faros que Francisco González Varela, Quito (Ponteceso, 1975). Por lo menos la primera mitad, esa que termina en Arou. «O Camiño enteiro faríao unhas oito veces, pero esas primeiras catro etapas coñézoas cos ollos pechados, ata sei cando moven unha pedra», dice un hombre que se ha convertido en algo así como guía y consejero de todos los que vienen a practicar trail a esta ruta. La última con la que compartió un reto fue con Maite Rojo, pero asegura que tiene una amplia «lista de espera». «Hai xente de Ortigueira e de Boimorto que sempre me di a ver cando os podo traer, pero é que ando moi liado», comenta.

Y eso que al trail y a la carrera se aficionó ya mayor. Una pasión tardía, pues no la descubrió hasta la treintena, después de dejar el fútbol, al que jugó en un Ponteceso en el que se retiró tras perder la final de Copa da Costa de 1999 contra el Corme, y el piragüismo, que practicaba en el Club Río Anllóns. Su entrada en el cuerpo de bomberos le llevó entonces a probar las denominadas carreras de orientación y los raids de aventuras junto a sus compañeros. Se trata de un compendio de duras pruebas en las que participaba con sus compañeros de trabajo y más tarde con otros bomberos alistados en el Brigantia Aventura, de A Coruña, con el que fueron campeones gallegos y lograron excelentes resultados en campeonatos de España y en un campeonato del mundo que comenzó en la Costa da Morte y terminó en Santiago de Compostela.

Ana García

«Nun deses raids rematei tan desfeito de durmir seis horas en catro noites, que decidín deixalo», recuerda Quito, que ya notaba que la carrera por el monte se le daba especialmente bien. «Decidín centrarme no trail. Que si, que sigo acabando co corpiño, pero polo menos acabo eu só e da forma que eu quero», admite.

Un reto mayúsculo

Desde entonces, cada año se marca nuevos retos. Varias citas en las que competir con una gran hazaña como referencia. En el 2022 fue el ultratrail del Mont Blanc, de 55,9 kilómetros y 3.485 metros de desnivel que se disputa en Los Alpes, acabando tercero en su categoría, máster 2. En este 2023, su apuesta fue todavía más fuerte. El sábado concluyó «los cien kilómetros más largos del mundo», como se describe la CanfrancCanfranc, que se celebra en la localidad de Canfranc, en el pirineo oscense. Son 100 kilómetros, con más de 8.800 metros de desnivel positivo y 39 horas como máximo tiempo permitido para completar el recorrido. Él, lo completó en 25.48 horas, terminando ya en la madrugada del domingo «co corpo máis desfeito que nunca», reconocía ayer. «Chegamos eu e un de Murcia xuntos á meta como 11.º e 12.º, e menos mal que non nos separamos porque houbo unha tormenta infernal e so puideron rematar 34 dos 256 anotados. Tiveron que vir os compañeiros buscarme e meterme nunha ducha de auga quente», comenta sobre una prueba que, sin ninguna duda, ya se ha convertido en el reto más complicado de su trayectoria deportiva. «Non sinto as pernas», lamentaba aún ayer por la tarde.

Ana García

La odisea del entrenamiento

Aunque el trail es una modalidad de carrera cada vez más presente en toda la Costa da Morte, lo cierto es que la comarca no goza de espacios idóneos para los entrenamientos que el deporte demanda. Es tremendamente difícil encontrar recorridos con bastante desnivel positivo, por lo que Quito ha de ingeniárselas para preparar pruebas tan exigentes como la de Huesca. «Hai días que me poño a subir e baixar o lugar do banco dos Picotiños en Cabana. A xente pensa que estou tolo, porque entre que eles soben, venme pasar varias veces. O mesmo na praia de A Barda. Todo é adaptarse», indica, a la vez que le concede importancia a una alimentación equilibrada y a su detallado plan de ejercicio, que configura ya a inicios de cada año.

«O certo é que se puidera volver atrás e elixir deporte, seguro que optaría por correr antes que por xogar o fútbol. Provoca unha satisfacción difícil de explicar para quen non o practica. Sofres moito, pero falo ti só. E, ao final, tes aos compañeiros para compartir conclusións, que do mellor desto é o terceiro tempo, cando se analiza todo», señala. Su caso, eso sí, no es habitual: «É estraño, claro, porque comecei tarde e cada ano vou máis vello, pero tamén a mellor. Non só en sensacións, incluso en tempos».