La antigua «Vixía», creada en 1928 para señalizar zonas de pesca junto a Talón, impacta por su estructura maciza
14 sep 2023 . Actualizado a las 08:23 h.Dos cabos o salientes vigilan el acceso a la bahía de Sardiñeiro (Fisterra) y de Estorde (Cee). El de A Nasa, últimamente muy fotografiado gracias a su banco azul, al que se accede por un recomendable sendero entre pinares que atraviesa la zona occidental de la península de Redonda, y el de Sardiñeiro, ese lugar en el que confluyen montes de Mallas (San Martiño de Duio) y la propia parroquia vecina de Sardiñeiro.
Justo en este lugar, sobre un promontorio, acumula decenios de vida una curiosa pirámide de piedra de cantería, maciza y de gran envergadura. De forma aproximada a un trapecio, más ancha en la base y con agujeros hasta el tope, coronado por una especie de almena. Solo se aprecia con facilidad (además de por los pescadores de toda la vida, en los viajes por mar por, cada más demandados, ofrecen empresas como el Taximar de David Trillo o Cruceros Fisterra, y se llega a ella por un sendero desde Talón. Impacta lo macizo de su envergadura, y la función que pudo tener en épocas pasadas.
Pepe de Olegario, de Sardiñeiro, el gran conocedor del mar de la zona, de sus naufragios, de sus cartas náuticas, recordaba ayer cuando la visitaba de niño. Ya entonces no tenía uso, y de hecho había dos, con otra más pequeña al lado que, al parecer, pasó a otra vida para construir un pequeño cabanote en una casa de la zona. Pero la grande resistió. Justamente ayer este veterano del mar comentaba con otro más curtido aún, en mar y en años, la función que tuvo hace mucho (y coinciden con otras fuentes consultadas), y entre generaciones se ha ido transmitiendo que servía, con unas luces, para señalizar las zonas de pesca, sobre todo de la sardina. Y en un momento de la llegada de empresas catalanas a la zona, que largaban sus aparejos, sus artes de pesca, las xávegas, en una amplísima extensión, lo que provocó no pocos conflictos con los pescadores locales. Ese punto, iluminado, servía como referencia y como advertencia. Lo instaló la Ayundantía de Marina en 1928, según la documentación que maneja el exalcalde José Manuel Traba. Debajo de la calle Patres, muy cerca del área de autocaravanas, a poca distancia del casco urbano, se conserva otra vixía, más pequeña, y con su zona superior para la lumbre intacta. En suma, ejerció funciones de delimitación, señalización y seguridad, y hoy es una joya arqueológica abandonada. No hay que confundirla con los Carrumeiros, ni con la Farola dos Mouchos, en O Pindo. Y esta sí recuerda a la de Fisterra.
Fisterra estuvo a punto de tener una pirámide de verdad, escultórica, dentro de un proyecto mundial que ha colocado estas estructuras por varias partes del planeta. El Alma del Mundo, se llama, con ocho vértices. El de Fisterra fue rechazado.