En Oca, Coristanco, batieron el récord de capturas el año pasado, y esta temporada llevan muchas menos
19 sep 2023 . Actualizado a las 11:07 h.En la pasada temporada de caza, los cazadores del tecor (terreno cinegéticamente ordenado, los antiguos cotos) de Coristanco abatieron 102 jabalíes. Es una cantidad de récord en la zona, en la que también hay que tener en cuenta que actúan en 10.000 hectáreas de monte. Y, sobre todo, que la incidencia de los animales fue muy alta.
Cada tecor tiene un cupo de jabalíes (de precintos) por año, y en este caso se superaron ampliamente, por sucesivas ampliaciones. También se hace por daños, y en la actualidad, en Bergantiños no hay problema algunos para llegar hasta la cifra que cada sociedad quiera, por las medidas que facilita la Xunta por la declaración de emergencia cinegética, que incluye a la comarca de Bergantiños.
Pero va a ser una campaña muy diferente, con números muy a la baja. De momento, solo han cazado piezas. En caso de poder ser más, se han marcado un máximo de tres al día, como explica Diego España, el jefe de una de las dos cuadrillas en las que los socios se reparten el tecor.
España, veterano cazador y buen conocedor de los monte de Coristanco, explica que es normal que ahora mismo haya menos jabalíes en su zona de los que había. «Cando hai unha temporada como a nosa do ano pasado, á seguinte sempre vai haber menos animais, iso é normal. Pero se estás un tempo sen facer nada, recuperan moi axiña, porque crían moitísimo», señala. Y eso explica que ahora haya menos, pero también años antes, cuando podían estar entre 15 y 20 animales cazados por período cinegético. Depende mucho de las zonas y de las temporadas. En todo caso, el tecor de Coristanco ocupa solo una parte (la mayor) del municipio. La otra corresponde a la zona de Alcaián, y si se incluyen sus piezas, en el 2022 fácilmente rondaron los 150 jabalíes.
No es solo cantidad, también han tenido capturas de mucho peso. Recuerda España que, hace dos años, un fin de semana abatieron un jabalí de 148 kilos y, al siguiente, otro de 152. Pero eso no es lo normal.
En el tecor de A Caniza, en Cances y Oza (Carballo), cazaron el domingo uno de 115 kilos, no lejos del acceso al polígono de Bértoa desde Oza. Señala que los daños en los cultivos agrícolas son muy elevados dada la elevada densidad de animales, y que lo van a seguir siendo mientras no se haga nada en sus refugios habituales. El más próximo es el de las marismas de Baldaio, casi un santuario para este animal.
Los destrozos que más se aprecian en los cultivos son los de las grandes superficies de maíz, pero hay muchos más que generalmente pasan desapercibidos, como explica un trabajador al que le toca ir a comprobar muchos de ellos. Fincas pequeñas, y no solo de maíz, sino también de patatas (sobre todo por Rus, Carballo), e incluso fabas. Decenas de casos que no se contabilizan por hectáreas, sino por ferrados, y a veces incluso por cuartillos.