Casi 9.000 hectáreas de la zona, entre las áreas naturales más destacadas de Europa

Un total de 8.866 hectáreas de la Costa da Morte están protegidas a escala europea por la Red Natura. Ese instrumento del que tanto se habló cuando se puso en marcha en España, aplicando una directiva europea del año 1992, con posteriores cambios, y que en la actualidad va quedando diluida entre otras figuras de cobertura. Pero, en esencia, sigue dando sentido a la necesidad de conservar y «salvaguardar los espacios naturales más importantes de Europa», nada menos. Lugares, animales, plantas, paisajes, hábitats... Esas casi nueve mil hectáreas equivalen, aproximadamente, al territorio del Concello de Cabana, y se concentran en la costa. Cada municipio tiene un porcentaje en ese ámbito, que la Xunta actualiza (siempre hay pequeños cambios) cada año en el Diario Oficial de Galicia, y que se tiene en cuenta para poder acogerse a determinadas ayudas para actuaciones que redunden precisamente en esa mejor conservación.  

Hace quince años justos, por ejemplo, se contabilizaban 8.448 hectáreas en Bergantiños, Soneira y Fisterra, así que ha crecido en más de 400. Y más serán cuando se oficialice la ampliación completa, que incluye extensiones en determinados lugares de interés, del Xallas a la zona de la Lagoa de Alcaián.

La terminología también puede llevar a confusiones. Por ejemplo, el área de Costa da Morte incluido en la red abarca ya desde Arteixo, por ejemplo, además de una amplia franja marítima al sur de Fisterra, de ahí que la superficie oficial solo en este gran arco atlántico ya supera las 11.000 hectáreas, que incluye amplias franjas de protección de aves. Los hábitats incluidos son muy variados. De estuarios a bancos de arena, de lagunas costeras a algas, de coídos a dunas móviles. El catálogo incluido es una pequeña enciclopedia de la enorme riqueza natural de la zona. Y también se incluye toda la franja del río Anllóns, que abarca 162 hectáreas. Prados, roquedos, bosques y demás patrimonio natural se incluyen en esta figura.

La Red Natura es un privilegio, pero también una limitación a determinados usos, sobre todo urbanísticos, que a estas alturas han quedado integrados en los respectivos planeamientos locales (que inicialmente eran muy escasos) y en figuras autonómicas y estatales que se han ido poniendo en marcha. Y varía mucho. A Vimianzo, por ejemplo, solo le afecta a su aún desconocida franja costera (y al río Grande, con la ampliación). A Camariñas, casi en una cuarta parte de su territorio, de la que Fisterra o Malpica no están muy lejos. Son porcentajes muy altos en la provincia, aunque lejos de Cariño (45 %) o Carnota (42), con casi la mitad salvaguardada por la protección. Las Fraguas do Eume o el Courel también tienen índices muy elevados.

Cabo Vilán: 90 años de su declaración como Sitio Natural de Interés Nacional   

Hace apenas once días se cumplieron 90 años de una declaración histórica, aparecida en la Gaceta de Madrid, lo que con el tiempo sería el actual Boletín Oficial del Estado. De manera resumida, y en un extracto de un texto más amplio, señalaba: «Se declaran Sitios Naturales de Interés Nacional los siguientes parajes de Galicia: b) El promontorio del Cabo Villano e islote situado en su extremo, inmediato al faro. Terreno propiedad del Estado y dependiente de la Dirección General de Obras Públicas. Paraje situado en el término municipal de Camariñas».  

Así aparecía reflejado el 5 de noviembre de 1933, para la promoción y protección de algunos de los principales espacios naturales de España. Una orden ministerial firmada por el director general de Montes, que incluía dos espacios gallegos más: A Curota, en A Pobra do Caramiñal, y Estaca de Bares, en Mañón. Ahí quedaba, para la historia, el reconocimiento a un paraje dentro de esa figura de Sitio Natural de Interés Nacional ya desaparecida (estuvo vigente desde 1927 hasta 1936), un escalón inferior al de Parque Nacional, que estrenaron Covadonga y Ordesa. Los Sitios llegaron a ser 14, entre ellos la Ciudad Encantada de Cuenca o las Lagunas de Ruidera. Con la nueva normativa tras la restauración de la democracia, las figuras protectoras evolucionaron o se cambiaron.

Hace diez años, cuando se conmemoraron los ochenta de la declaración, la asociación de empresarios de Camariñas, gestora del uso turístico del faro, organizó unas interesantes jornadas con especialistas para explicar en detalle la importancia de Vilán en múltiples aspectos, desde el histórico al natural, del arquitectónico al jurídico, de la ingeniería al turismo. Una joya a la que en apenas dos años (15 de enero del 2026) le llegará otra efeméride importante: los 130 años del primer faro de España con luz eléctrica.

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