Gracias, maestro, por haber podido trabajar contigo

Carlos Oliete Fernández

CARBALLO

JOSE MANUEL CASAL

IN MEMORIAM, por Carlos Oliete | Villar Mir convirtió la Costa da Morte en una referencia industrial con influencia internacional

10 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En diciembre de 1992 tuvimos la primera reunión en Cee tras la compra a Carburos Metálicos de la llamada división de ferroaleaciones y energía. Las palabras de Juan Miguel Villar Mir ese día fueron: «Tenemos que diseñar un plan de viabilidad para que las fábricas de Cee y Dumbría reanuden y amplíen su producción y se conviertan en un referente mundial en la producción de ferroaleaciones. Imagínate —me dijo— que llegamos a conseguir un resultado anual en ferroaleaciones de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros actuales)».. Las fábricas, en aquellos momentos, estaban en mínimos de producción, con regulaciones de empleos y resultados negativos.

Bajo su extraordinario liderazgo, categoría profesional y espíritu industrial, el objetivo inicial se multiplicó por más de 5, e incluso de 10, en algunos años, superando de manera permanente los siempre rentables resultados de la actividad de producción de energía eléctrica, disipando los temores de que la compra terminaría con una segregación de actividades (ferros y energía). Conocedor de mi opinión sobre este tema, nunca dejó de mostrarme su total apoyo y confianza.

Las fábricas de Cee y Dumbría no solo se convirtieron en ejemplo para el sector, sino que sus cualificados técnicos me acompañaron en múltiples aventuras internacionales (Venezuela, Sudáfrica, Francia, EE. UU., Polonia, Ucrania...) que siempre impulsó, para explicar y, en su caso, implantar los criterios de gestión que nos había inculcado. Las fábricas de la Costa da Morte eran el modelo a imitar, en lo que tuvieron mucho que ver, y de justicia es reconocerlo, la extraordinaria implicación y profesionalidad de los trabajadores.

Su receta era clara: «Trabajo, trabajo y más trabajo, pero siempre buscando la mayor felicidad en el desarrollo personal y familiar de los empleados».

La descentralización de la toma de decisiones como método de implicación y participación de los trabajadores en el devenir de la empresa y, con carácter técnico, la implantación de una contabilidad analítica que permitiera la agilidad en la toma de decisiones era su hoja de ruta, que le permitió reflotar con éxito empresas de múltiples sectores, creando un grupo industrial de los más importantes a nivel nacional e internacional.

Implicación con la comarca

Y todo ello desarrollado en un clima de relaciones laborales, con el diálogo y consenso como base, beneficios sociales, mejoras productivas e inversiones —¡cuánto luchamos por el muelle de Cee...!— muy destacables y referencia para muchas empresas y siempre cumpliendo los más exigentes parámetros de calidad y sostenibilidad. Líneas maestras de actuación, que nos transmitió, sin olvidar en ningún momento la implicación con el entorno, con el objetivo de colaborar, en el mejor y mayor desarrollo de la zona, en los ámbitos social, lúdico, cultural, educativo y deportivo.

Era un trabajador infatigable, dotado de una inteligencia y memoria insuperables y un bagaje académico y cultural que lo hicieron merecedor de reconocimientos al más alto nivel, sin perder nunca su trato accesible y afable con un espíritu siempre motivador, abierto y optimista. Sin duda, una persona extraordinaria.

Es muy duro y difícil de reflejar en unas líneas el sentimiento de tristeza que su fallecimiento nos provoca a los que que hemos tenido la suerte de trabajar a sus órdenes. Muchos trabajadores me han transmitido su pesar y el reconocimiento a su persona.

Por todo ello quiero, y debo, dejar constancia de que mi mayor éxito, en mis 46 años de vida profesional, es haber trabajado para y con Villar Mir. Un referente, un maestro y un ejemplo difícil de alcanzar, con el enorme orgullo personal de que me considerara un amigo.

Desde una eterna gratitud y un imborrable recuerdo, descansa en paz Juan Miguel Villar Mir.

(*) Carlos Oliete Fernández fue director de Ferroatlántica en Cee y Dumbría durante 43 años, con grandes logros.