22 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
Como en las novelas, hay que seguir los planos (los mapas, las fotografías aéreas...) hasta dar con un tesoro enterrado que, lejos de estar lleno de piedras preciosas, contiene las otras piedras: huellas de nuestro pasado, parte del ADN de aquello en lo que nos hemos ido convirtiendo. Es complicado a estas alturas (hay mucho trabajo de campo ya, sobre todo para los PXOM) que salgan grandes sorpresas, pero todo puede ser. En las manos de los especialistas está desvelarlo.