«Mal non nos fai»: Caión y A Milagrosa abrieron el mes de las grandes romerías en la Costa da Morte
CARBALLO
Elevada afluencia y altas temperaturas en la subida al santuario caionés y en la misa y procesión del barrio carballés
01 sep 2024 . Actualizado a las 18:48 h.La tradición de romerías como la de los Milagres de Caión se ha ido labrando a fuerza de siglos y de pasos, los de las miles de personas que cada año enfilan hacia el santuario desde muy distintos puntos de la comarca. No obstante, siempre hay quien llega a ella por primera vez, y ese fue el caso, este domingo, de la treintena de integrantes de la Banda de Gaitas del Padroado de Cultura do Concello de Narón. Fueron ellos los que tocaron en la que era una mañana especial, la de la subida de la virgen a su santuario, aperitivo de la jornada central, el próximo 8 de septiembre. Al caer en domingo, este año son dos semanas de oficios. «Non estiveramos nunca, parécenos incrible a parte de costa. Tamén moi bonito o pobo, sorprendidos pola cantidade de turismo», confesaba Román Romero desde la agrupación. A nivel personal, tener la oportunidad de tocar «nunha festa que vemos tan particular, seguida por tanta xente», les ha servido, decía, para llevarse a casa las ganas de volver algún día a Caión.
Pasaba algo de las 12.30 horas cuando la imagen salió del templo y la banda de gaitas, con gran solemnidad, tendría el cometido de encabezar la comitiva de ascenso, precediendo a la virgen llevada a hombros. Enfrentaron la fuerte pendiente y las altas temperaturas vestidos con grueso traje tradicional: «Todo o mundo nos dá ánimo», sonreía Román antes de iniciar la subida. Sabrían después por qué. Este lunes 2 habrá misas en el santuario a las 10.00, 11.00, 12.00, 17.00, 18.00, 19.00 y 20.00 horas.
Los Milagres son una cita fija año tras año para vecinos y romeros. No faltó este domingo, por ejemplo, el veterano Andrés García Mol, llegado desde A Laracha sobre dos ruedas: «Vou ben, e teño saúde, que é a mellor pensión», explicaba cuesta arriba. Cuando sube la virgen —él sigue la comitiva empujando la bici—, Andrés siempre tiene un año menos que cuando baja, porque los cumple el día 7 de septiembre: «Hoxe teño 79 e o domingo 15 xa terei 80». Sin ser «fanático», se declara «crente dos santos». La vista le fue a mejor y por eso pagó una misa a Santa Lucía. A los Milagres vuelve cada año, por tradición: «Milagres fan falta. Máis alá do que che digan ou non che digan, as cousas son como ti as penses e eu creo que mal non nos fai. A nosa é unha das relixións máis boas de levar», valoraba.
Las altas temperaturas empaparon también el día grande de A Milagrosa de Carballo. En la memoria reciente hay un año de lluvia, pero el calor ya se ha hecho parte de la tradición de este barrio, como lo son las alfombras florales. La procesión siguió en gran medida el circuito habitual, si bien este año no había ese colorido lecho en la calle Emilio González López y Xílgaros. Era algo conocido, debido a las obras, así que en esta ocasión lucieron, además de en las otras rúas habituales, en la Cemiterio Vello. No varió la habitual representación de todos los grupos de la corporación, ni el elevado número de sacerdotes, el sonido de las gaitas o las voces del coro. Su tirón tiene también el apartado festivo, que concluiría por la tarde-noche, con una carpa-cantina de la comisión plena en tiempo de sesión vermú.
Si en Caión era mucha la afluencia, no menos lo fue en el barrio carballés de A Milagrosa, con oficios presididos por el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto. Justo antes de salir en procesión, uno de los momentos más esperados, se bendijo el vía crucis del patio lateral de la capilla, la novedad de este año
Milagres y A Milagrosa, justo a 1 de septiembre, han abierto, pues, el mes de las romerías más multitudinarias de la Costa da Morte. No queda lejos la Barca ni tampoco la Santiña de Trasufre, igualmente en Muxía.