La banda que movía droga desde la Costa da Morte lo hacía en coches con «caleta»

Cuatro personas entraron el 26 de octubre en prisión después de una operación contra el narcotráfico con ramificaciones en distintos puntos de Galicia. Ahora, Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y la Policía Nacional han emitido un comunicado en el que explican el procedimiento que utilizaba esta red criminal, cuyos cabecillas sitúan en Cee y Carballo.

De hecho, explican que la operación arrancó a principios de año cuando detectaron la presencia de un hombre con antecedentes por tráfico de drogas residiendo en la localidad ceense. Señalan que se dedicada al «transporte de sustancias estupefacientes para distintas organizaciones delictivas de narcotraficantes».

Para ello utilizaba coches provistos de sistemas de ocultación para el transporte, lo que se conoce como «caletas». Esta persona tendría como socio a un vecino de Carballo, «con antecedentes por delitos contra las personas», donde hay «un importante punto de venta de droga».

El líder de la organización, según la Agencia Tributaria y la Policía Nacional, «no dudaba en atravesar España a bordo de uno de sus vehículos, o de algún turismo de alquiler, exclusivamente para mantener una entrevista de minutos con algún proveedor de estupefacientes, con el objeto de preparar futuras operaciones de adquisición de droga». Según aclaran, durante los meses que duró la operación, por lo visto mantuvo numerosas entrevistas «con personas pertenecientes a terceras organizaciones criminales preparando la introducción en España de importantes cantidades de droga vía marítima».

Finalmente, en la operación se intervinieron 5,5 kilos de cocaína, tres de hachís y uno de marihuana, además de 56.000 euros en efectivo, un arma de fuego real y varias simuladas. También otras prohibidas, cuatro vehículos (tres con caletas), básculas de precisión y diversa documentación.

De acuerdo con las explicaciones de la Agencia Tributaria y la Policía Nacional, las medidas de seguridad que empleaba la banda para eludir a los agentes «eran máximas». En junio, el líder del grupo actuaba de «lanzadera» en un desplazamiento a Madrid, utilizando a una tercera persona en un vehículo dotado con sistema de ocultación. A pesar de todo ello, la coordinación policial facilitó que se pudiera identificar a colaboradores y miembros de la organización, que tenían un reparto de papeles definido. Algunos de ellos se ocupaban del transporte en tanto que otros realizaban tareas de ocultación y distribución.

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