La emotiva ceremonia de las bodas de oro de Álvaro y María: «Acabamos chorando todos»

Álvaro Rama García y María Rial Varela, los dueños y fundadores de la Parrillada Hermida, se casaron el 16 de noviembre de 1974. Lo hizo el párroco, Fidel Fernández Bello, ya fallecido. Y hoy sábado, a los 50 años justos, el que los casó fue el alcalde de Cabana, José Muíño, en una ceremonia familiar (casi 30 personas), muy emotiva. «Acabamos chorando todos», unos antes y otros después, cuenta Raquel, una de las hijas (la otra es Viki). Para los protagonistas fue una sorpresa. Sí se esperaban algo, porque la comida en Casa Aurelio de Santa Comba se la habían comunicado, pero no un acto como una boda de verdad, con arras (las originales), los discursos y una cuidada decoración en el comedor de atrás del restaurante, que le ocultaron a la pareja en las últimas horas, y no fue fácil.  

Álvaro y Maruja abrieron la parrillada el 11 de agosto de 1978. Entonces, en muchos kilómetros de la AC-552 solo estaban las dos Montevideo, en Carballo y Vimianzo. Poco a poco llegarían más (y cerrarían). Álvaro nació en A Cotela (San Cremenzo de Pazos, en Zas), un lugar ya desaparecido, y Maruja es de A Ermida (Anos, Cabana), muy cerca. Él pasó 15 años en Londres y a la vuelta abrió el negocio, ya mítico en toda la Costa da Morte, parada fija de miles de clientes en estos años: transportistas, vecinos, turistas y viajeros.

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