23 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.
A Barca de Muxía es un lugar glorioso al que no le van nada bien los afeites horteras. Deberían pensárselo dos veces antes de intervenir en espacios así, que ya deslumbran por sí mismos. La naturaleza se encargó de adornarlos con sus galas y sus misterios. Ya el ecosistema se ocupó de darle una arquitectura excelsa, sin necesidad de añadidos inútiles que afean y dañan, no solo las piedras, sino también la inteligencia. A Barca es sagrada. Qué miren por su Pedra de Abalar, que está abandonada.