La empresa con sede en el polígono carballés de Bértoa factura diez millones de euros al año y da empleo a quince personas. Vende sus productos por toda España y el norte de Portugal
29 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El sector primario continúa gozando de buena salud, pese a los vaivenes de la economía. Sin alcanzar los niveles globales de otros ámbitos, como la industria, construcción o los servicios, la agricultura, ganadería, silvicultura y los ramos vitivinícola y forestal apenas acumulan una tasa de paro conjunta que alcanza el 5%, según las últimas estadísticas de la Xunta. Un dato ciertamente significativo, sobre todo en los períodos de crisis. Y ese efecto locomotor genera un arrastre en otros sectores, como el vinculado a la producción y distribución de fertilizantes, sustratos y abonos. Y ahí es donde entra en juego Protección Verde.
Con sede social en la rúa Wolframio del polígono de Bértoa, la compañía, cuya cabeza visible es el carballés Roberto Pérez Ferreiro, factura en torno a los 10 millones de euros al año, según el último balance consolidado, y da empleo a 15 personas. De las instalaciones carballesas salen cada año unas 8.000 toneladas, solo de fertilizantes, en sus diferentes vertientes para satisfacer a una demanda cada vez más amplia, variada y exigente en lo que a calidades se refiere. Un abanico que se extiende hacia el resto de Galicia, España y norte de Portugal.
El éxito de Protección Verde radica en su capacidad para fidelizar clientela y abrirse a nuevos mercados, en los que empieza a tener mucho tirón, como el vitivinícola. De hecho, son muchas la bodegas, sobre todo las adscritas a la Denominación de Orixen Albariño, las que adquieren en Carballo sus fertilizantes, sustratos y productos fitosanitarios para sus viñas.
Pero no es el único, tal y como explicó Raquel Castro, jefa de compras y responsable del área de logística de Protección Verde: «Distribuimos produtos para os sectores agrogandeiro, xardinería ornamental, viveiros profesionais, bodegas e forestal». Trabajan y envasan, incluso, una marca propia que, según la empresa, tiene tirón entre sus clientes. También son proveedores para Galicia de una multinacional, líder mundial en fertilizantes. Una clientela, por otra parte, en la que predominan las empresas, tiendas especializadas y los distribuidores profesionales.
En los últimos años se ha producido un importante crecimiento debido al auge de dos actividades: la agricultura ecológica, con fuerte presencia en la Costa da Morte —el 10% del suelo cultivable de A Laracha se destina en la actualidad a la agricultura respetuosa con el medio ambiente— y la silvicultura, con importantes empresas vinculadas a la comarca, como sucede en Coristanco.
Roberto Pérez Ferreiro, cabeza visible de Protección Verde, analizó la situación del sector primario: «Tanto o prezo do leite como o da madeira están a aguantar ben. Iso débese a que hai demanda, calidade e mercado». Y añadió: «É moi importante concienciar ao consumidor da necesidade de mercar produto galego. Pode ser algo máis caro, pero tamén é de mellor calidade, sen dúbida».
Un mercado heterogéneo en el que impera el respeto por el medio ambiente
Raquel Castro hizo una radiografía, en lo que a números se refiere, del protagonismo de Protección Verde: «O 75 por cento do noso mercado é galego, un 5 por cento é nacional e o restante vinte por cento aséntase no norte de Portugal». Por ramos de actividad, «a metade do noso produto vai destinado ao forestal e xardinería, o 30 por centro ao ámbito agrogandeiro, e o 15-20 restante, ao vitivinícola».
Una de las máximas de la compañía es «a calidade dos produtos». La responsable de compras y logística apuntó que en los últimos años, y como consecuencia de una política restrictiva comunitaria en lo que a uso de fertilizantes nocivos se refiere, se ha producido una apuesta clara hacia el fertilizante ecológico «que xera un residuo cero na terra». Muy demandado precisamente por un sector, el de la agricultura ecológica, que se ha convertido en toda una referencia en Galicia y mucho más en la Costa da Morte, como lo demuestran iniciativas de la talla de la Feira da Horticultura de Paiosaco.
En lo que concierne al futuro a corto y medio plazo, en Protección Verde se muestran optimistas, dada la importancia del sector agroganadero en Galicia, donde predominan las granjas cada vez más grandes. También el sector forestal mantiene sus elevadas expectativas pese a las restricciones al eucalipto. Galicia continúa siendo una potencia en producción y en la primera transformación de la madera. También influye el efecto llamada de otros ámbitos como la construcción, que sigue demandando madera de primera calidad. Una madera muy empleada en las reformas y rehabilitaciones de viviendas, uno de los grandes nichos de actividad desde la pandemia.
Protección Verde tiene su sede en el polígono de Bértoa. Con 23 años de antigüedad, la firma carballesa aprovecha las sinergias que ofrece este área industrial en lo que a volumen de empresas se refiere y también en relación con las conexiones con la AG-55, la autovía Costa da Morte y la proximidad con el enlace de la A-6, a la espera de que arranquen los comprometidos trabajos de la futura circunvalación de Santiago.